MADRID (AFP).- Más de un millón de personas según la organización y 200.000 según la policía nacional, entre éstas la plana mayor del opositor Partido Popular (PP, derecha) y el ex gobernante José María Aznar, participaron el sábado en una manifestación en Madrid contra cualquier negociación con ETA.

Bajo el lema «Por ellos, por todos. Negociación en mi nombre no», la manifestación, convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), cercana al PP, recorrió los dos kilómetros que separan la glorieta López de Hoyos, donde en 1993 ETA mató a siete personas y la plaza República Dominicana, donde en 1986 mató a 12 guardias civiles.

Unas 850.000 personas asistieron a la manifestación que se desarrolló con normalidad, según cifras de la policía municipal de Madrid, cuya alcaldía está gobernada por el Partido Popular, formación que reclamó al gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero que «escuche a las víctimas y rectifique la política antiterrorista».

Banderas españolas e ikurriñas (bandera vasca), pancartas que decían «no en mi nombre» o «PSOE ven con nosotros», inundaban la protesta en la que participaron heridos en atentados de ETA y familiares de las 800 víctimas mortales en cuatro décadas de violencia.

También destacaron manos blancas contra el terrorismo, símbolo que se extendió en España tras el asesinato, en julio de 1997, del concejal del PP vasco Miguel Angel Blanco.

«Zapatero dimisión» fue uno de los gritos reiterados por los asistentes a esta protesta convocada el pasado 17 de mayo por la AVT, después de que la mayoría de los diputados españoles (192), excepto los del PP (147), autorizaran al gobierno central a abrir un diálogo con ETA si ésta depone definitivamente las armas.

Dos minutos de silencio pusieron punto final a la manifestación, antes de lo cual el presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, calificó de «traición» la decisión del gobierno de «negociar» con ETA «no sólo a los muertos sino a todos los que nos encontramos aquí hoy» y calificó de «demencial» la propuesta de dialogar con ETA.

«El negociar con los terroristas será dejar sin sentido la muerte de nuestros familiares, el sufrimiento de nuestros heridos, el sacrificio de las personas amenazadas y chantajeadas, la encomiable labor de las fuerzas de seguridad y de la justicia española», afirmó Alcaraz.

En su manifiesto, la AVT revindicó la ilegalización de la formación radical vasca Batasuna, brazo político de ETA, pero se preguntó cómo le explicará el gobierno a una víctima de ETA el no haber ilegalizado al Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV-EHAK), por el cual llamó a votar Batasuna en las elecciones del 17 de abril en el País Vasco (norte).

«La sociedad española ha demostrado que está con nosotros (…) no estamos solos. Somos la mayoría de los españoles quienes deseamos gritar ‘¡en mi nombre no!'», sostuvo Alcaraz, para quien las «únicas ausencias que hoy se echan de menos aquí es la de quienes ya no están».

El ex presidente del gobierno español, José María Aznar (1996-2004), que el 19 de abril de 1995 salió ileso de un atentado de ETA, asistió acompañado por su esposa, la concejal madrileña Ana Botella y uno de sus hijos.

Ningún representante del gobierno central o de otras fuerzas políticas españolas asistieron a esta manifestación, que según el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), era «contra el gobierno» socialista.

Detrás de una segunda pancarta que rezaba: «Libertad con dignidad», participó la plana mayor del PP: su presidente, Mariano Rajoy, el secretario general de esa formación, Angel Acebes, la presidenta de la comunidad autónoma de Madrid, Esperanza Aguirre y el alcalde de Madrid Alberto Ruiz Gallardón.

Una tercera pancarta rezaba «Colectivos cívicos por la libertad, no a la negociación».

El último atentado mortal de ETA tuvo lugar en mayo de 2003, pero ha seguido perpetrando atentados. El 25 de mayo pasado hizo estallar una furgoneta bomba en Madrid causando cinco heridos leves.