Bogotá (EFE).- Miles de personas participaron ayer en las manifestaciones que se tomaron las calles de Latinoamérica para conmemorar el Día del Trabajo, en una jornada en la que se escucharon críticas a los acuerdos comerciales con Estados Unidos y se exigieron salarios más justos.
Una de las concentraciones que causaba más expectativa se realizó en La Habana, pues se esperaba la reaparición del líder cubano Fidel Castro, quien desde mediados de 2006 convalece de una enfermedad.
Sin embargo, Castro estuvo ausente y la ceremonia en la Plaza de la Revolución fue encabezada por su hermano Raúl, presidente provisional de Cuba, aunque la única alocución estuvo a cargo del secretario general de la Central de Trabajadores, Salvador Valdés. En Bolivia el presidente Evo Morales encabezó los actos del día y firmó un decreto que obliga a las empresas privadas a aumentar los salarios en un cinco por ciento, aunque al mismo tiempo dijo que no puede atender las peticiones de los trabajadores del sector estatal, que reclaman aumentos de hasta un 20 por ciento.
Otro mandatario que presidió las manifestaciones del 1 de Mayo fue el de Ecuador, Rafael Correa, quien recibió respaldo popular para la convocatoria de una Asamblea Constituyente, cuyos miembros serán elegidos el próximo 30 de septiembre.
Las concentraciones en Brasil, que tan sólo en Sao Paulo reunieron a dos millones de personas, se dividieron entre elogios y críticas al gobierno del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva. El jefe de Estado, otrora líder sindical, no asistió a una misa para celebrar el Día del Trabajo, debido a razones familiares.
Algunos disturbios se registraron en Santiago de Chile, donde encapuchados se enfrentaron a la policía en incidentes que dejaron como resultado 16 detenidos y un agente herido.
La violencia también estuvo presente en Montevideo, donde miembros del grupo radical Tendencia Clasista y Combativa se enfrentaron con la policía y atacaron locales comerciales.
Por el contrario, la calma fue notable en Argentina, donde sectores de izquierda se reunieron frente al palacio de gobierno para pedir salarios justos y respaldar a profesores en huelga.
Varias marchas fueron organizadas en Venezuela por simpatizantes y críticos del presidente Hugo Chávez, quien dedicó la jornada a un acto en el que el Estado tomó el control de la Faja Petrolífera del Orinoco.
El mandatario peruano, Alan García, celebró el día con un acto en el que condecoró a varias personas que han contribuido a los derechos laborales, promulgó una ley contra el trabajo forzoso y anunció una especie de ISO laboral para distinguir a las empresas que respetan los derechos de los trabajadores.
Las manifestaciones en Colombia sirvieron para que los sindicalistas rechazaran el Tratado de Libre Comercio (TLC) suscrito con EE.UU. y convocaran a un paro nacional el próximo 23 de mayo contra el gobierno del presidente Álvaro Uribe.
En Paraguay miles de personas se reunieron para pedir respeto a las leyes laborales y medidas por parte del gobierno para crear al menos 130.000 puestos de trabajo.
El Día del Trabajo en México tuvo esta vez una novedad, pues el mandatario Felipe Calderón rompió con la tradición de sus antecesores de asistir a los actos conmemorativos.
Marchas a favor y en contra del gobierno también se presentaron en Nicaragua, donde los simpatizantes del gobernante sandinista de Daniel Ortega repudiaron el neoliberalismo, mientras que los opositores condenaron recientes despidos en el sector estatal.
Las críticas al TLC con Estados Unidos también fueron fuertes en República Dominicana y los países centroamericanos, que firmaron en bloque un acuerdo comercial con Washington.
En Costa Rica, además, los profesores de secundaria anunciaron una huelga para el próximo jueves, con el fin de rechazar errores en los nombramientos y el pago de salarios.
Asimismo, miles de trabajadores recorrieron las calles de San Salvador en cuatro marchas que confluyeron en una concentración en la Plaza Cívica, al frente de la catedral metropolitana.
Las tres grandes centrales obreras de Honduras también movilizaron a sus miembros para exigir el cese de la violencia, el aumento de los salarios y la entrega de tierras a los campesinos.
Las peticiones en Guatemala, donde unas 20.000 personas se manifestaron en el centro de la capital, estuvieron dirigidas al respeto de sus derechos y al rechazo a las deportaciones de Estados Unidos.
Por su parte, el Partido Alternativa Popular de Panamá aprovechó la ocasión para pedir un aumento de salarios y que se congele el precio de la canasta básica familiar. EFE