Dice un refrán que el mucho dulce empalaga, es lo que de forma arrolladora la gran mayoría de los dominicanos del Distrito Nacional le han expresado con sus votos de gran rechazo a Roberto Salcedo, quien de seguro volverá a su antigua profesión de actor cómico que popularizó el “fúquiti, fuíquiti”.
Roberto Salcedo, gran maestro de la simulación, de seguro que llegó a pensar que sus actuaciones magistrales de populismo le llevaríaan nuevamente a la sindicatura del codiciado Distrito Nacional, pero, un joven emprededor, David Collado, es quien ha obtenido el trofeo con todo el beneplácito de los capitaleños hartos de posturas demagógicas, que quieren un cambio de autenticidad
De seguro a Roberto Salcedo estas elecciones le han dado una lección fuerte que le hará aterrizar nuevamente al mundanal ruido, a la realidad.
Llegó el momento que las gentes no han querido tragarse más posturas hipócritas de humildad y sencillez, pues durante el cargo, la doble cara fue notable. Así se lo demostraron a la hora de él votar, un grupo de ciudadanos que lo recibieron con todo tipo de insultos, mientras huía a su vehículo algo atemorizado. En fin, nada que lamentar.
Hoy día es un flamante millonario que juega golf con los recursos económicos necesarios para volver a aspirar, pero, posiblemente, no respirar, luego que llegara a soñar con la presidencia de la República.
Ahora le toca el turno a un joven, David Collado, al que no tengo el gusto de conocer, quien según las votaciones actualmente posee una alta cuota de popularidad, junto a Luis Abinader impregnan un toque de frescor a la política dominicana.
En cuanto a Luis Abinader debe sentirse orgulloso de haber obtenido más de un 35 por ciento de las votaciones a su favor, tomando en cuenta que la mitad de los votos de Danilo Medina provienen de los empleados públicos, quienes desde siempre votan por el partido que gobierna por miedo a no perder sus empleos, más las personas temerosas a los cambios, amén, de que el PRM es nuevo y, por último, sin recursos del Estado, que aunque esto “nunca se puede probar”, es cierto.
De todas formas, estas elecciones finalizaron sin sorpresa algunas pues hasta los “chinos de Bonao” sabían que Danilo Medina tenía asegurado ampliamente su “vuelve y vuelve”.