Rechazo CR al TLC se siente en EEUU

Rechazo CR al TLC se siente en EEUU

WASHINGTON (EFE).- La reticencia del Gobierno de Costa Rica a presentar el TLC con EEUU a su legislatura para su aprobación está enfriando los ánimos en el Congreso en Washington, donde la batalla por la ratificación del pacto ya es dura de por sí.    «Costa Rica está dando largas al asunto y eso dificulta la tarea del presidente (George W.) Bush y su coalición en el Congreso» para la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC), dijo a EFE Gary Hufbauer, del Instituto de Economía Internacional, un centro de estudios independiente.

   «Si Costa Rica se queda atrás, posiblemente se retrase el voto hasta el año que viene», predijo este experto.

   El país centroamericano tiene una renta per cápita de 9.600 dólares anuales, la mayor de la región, y es el principal mercado para exportaciones de alto valor de Estados Unidos.

   El presidente de Costa Rica, Abel Pacheco, ha dicho que no enviará el TLC a la Asamblea Legislativa hasta que ésta no apruebe una reforma fiscal que lleva años atascada.

   Pacheco se encuentra en Washington para promover el Tratado, como parte de una campaña en la que también participan los mandatarios de Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y República Dominicana.

   La incomodidad que provoca la posición costarricense se puso de manifiesto anoche en una recepción ofrecida por la Cámara de Comercio de EEUU y que puso fin a una gira de los presidentes por diez ciudades de este país entre el lunes y el martes.

   En su intervención en nombre de sus colegas centroamericanos, el presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños, destacó que los parlamentos de Guatemala, Honduras y El Salvador ya aprobaron el TLC y que su país y la República Dominicana lo harán muy pronto. Sobre Costa Rica no dijo nada. 

   Al contrario que los otros presidentes, que no ahorran elogios sobre el acuerdo, Pacheco ha adoptado un tono cauto.

   En declaraciones a EFE, el presidente costarricense dijo que su Gobierno analiza el acuerdo «sin pasión, con mucha serenidad» y seguirá un «camino prudente y lento, pero de paso firme».

   «No quiero dar la idea de que no me gusta el Tratado de Libre Comercio. Creo que tiene muchas más cosas buenas que las malas que podría eventualmente tener, que en principio me parece una magnífica idea, lo que quiero es tener la seguridad de que va a favorecer a las clases populares», recalcó.

   Pacheco denunció que en su país «hay grupos de gente muy poderosos que se niegan a tributar».

   «Aprobar un Tratado de Libre Comercio sin cambiar el sistema de tributar de Costa Rica provocaría el enriquecimiento de un grupo y el empobrecimiento de otro», explicó.

   Enfatizó que espera lograr que el Congreso ratifique la reforma fiscal «a muy corto plazo», pero no quiso precisar más. 

   «En Costa Rica no tenemos prisa, queremos hacer las cosas bien. Más vale paso que dure que trote que canse», dijo.

   El presidente costarricense anunció hace dos semanas que convocará una comisión de cinco notables para analizar si el TLC tendrá efectos negativos o menoscabará la soberanía nacional.

   Pacheco ha resistido incluso la presión estadounidense. A finales de abril, una delegación de doce congresistas de ambos partidos le instaron en una visita a Costa Rica a aprobar el pacto rápidamente.

   Hoy, acudió junto a los otros mandatarios a las oficinas de algunos congresistas indecisos, pero es paradójico que les inste a aprobar el pacto cuando él mismo no quiere hacerlo inmediatamente.

   Los matices que usa Pacheco, su mención de ganadores y perdedores con el acuerdo, contrastan con el apoyo sin fisuras de los otros gobernantes.

   En la recepción en la Cámara de Comercio, el presidente de la República Dominicana, Leonel Fernández, recalcó que el pacto pondrá las bases del crecimiento permanente y consolidará la democracia.

   Su homólogo de El Salvador, Antonio Saca, ha declarado que el Tratado también frenará la emigración a Estados Unidos.

   Lo mismo se dijo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) antes de su aprobación, pero en los once años que lleva en vigor la emigración mexicana a EEUU ha aumentado por la pérdida de empleo en el campo.

   Este y otros hechos son el origen de la cautela costarricense.

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