RECHAZÓ FORTUNA POR SER LEAL A BOSTON

RECHAZÓ FORTUNA POR SER LEAL A BOSTON

Después de haberse coronado campeón con los Medias Rojas de Boston en la temporada de 2004, el mundo cayó a los pies de David Ortiz.
La ciudad de Boston lo adoraba y el toletero dominicano había sido la figura clave en hundir a los Yanquis de Nueva York.
De ser un hombre despedido por los Mellizos de Minnesota apenas dos años antes, Ortiz ahora se encontraba en la cima del mundo.
Bajo contrato pero con ofertas listas por llegar, su agente Fernando Cuza fue claro con mantener bien informado a uno de sus principales clientes.
“Me dijo que si esperaba un año y me iba a la agencia libre, me conseguiría un contrato de US$100 millones. Me dijo que siempre habría un mercado para alguien como yo”, dice Ortiz en su libro “Big Papi: My Story”.
La oferta fue tentadora para el hombre que hasta entonces había acumulado poco menos de US$7 millones en seis años en las mayores.
Él acababa de ver partir a Pedro Martínez por asuntos contractuales y lo mismo había sucedido con Derek Lowe y Orlando Cabrera, héroes de la Serie Mundial recién ganada.
Pero la lógica del Big Papi se impuso por encima del dinero.
“Para mí, alguien que creció en una familia que tenía problemas para conseguir dinero, lo vi de la siguiente manera: si no podía vivir con los US$65 millones por cinco años que los Medias Rojas eventualmente ofrecieron, no iba a vivir con US$100 millones tampoco. No es que no quisiera más dinero o que no pensara que lo mereciera. Entendía lo mucho que había hecho por los Medias Rojas y lo mucho que ellos habían hecho por mí. No pensé que fuera momento de medir mi valor de mercado. Sabía que podía ocuparme de mi esposa y mis hijos para siempre y extender mi contrato con los Medias Rojas eliminaría cualquier preocupación durante la temporada”, contó el toletero.
Después de ese gran año, vino la fama instantánea.
Pero si algo aprendió Ortiz fue a escuchar de la experiencia de uno de sus ídolos ofensivos de todos los tiempos, nuevamente el filósofo Manny Ramírez.
“Manny me jaló y me explicó cómo eran las cosas de ser un gran jugador en Boston. ‘Papi, desde que pongas números increíbles aquí, la gente no te dejará cambiar el menú. Siempre van a esperar que les des exactamente lo que has dado antes”, comentó Ortiz.
Y aunque pasó mucho tiempo antes de que la producción de Ortiz cediera aunque fuera un poco, el dominicano recuerda lo que significó, principalmente en el período cercano al 2009 y 2010.
“Pasaron muchos años antes de que pude apreciar lo que Manny me acababa de decir. En el 2005, yo sabía que no tenía que preocuparme por que mis números cayeran. Había entrenado duro durante la temporada muerta, conocía mejor a los lanzadores y sus tendencias. Siempre había sido grande de tamaño, pero los fajadores de los Medias Rojas me inspiraron a pasar mucho más tiempo en el gimnasio”, confesó.
Y los resultados se vieron en cada momento, con tres campeonatos para recordarlo.

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