POR LEONORA RAMÍREZ S.
Una democracia sin participación es una caricatura, porque el mejor intencionado de los políticos no le hace frente a la corrupción si no tiene un pueblo que le hace ese tipo de reclamos, dijo  Mario Bergés, coordinador del Centro Juan XXIII, una de las entidades que forma parte de la Red Dominicana Anticorrupción.

Al destacar que la lucha contra ese flagelo es una guerra porque se trata de enfrentar fuertes intereses, manifestó que no es por azar que la clase política de algunos países tiene cierto decoro, sino porque la población no tolera las acciones dolosas.

Un ciudadano consciente de sus deberes y exigente de sus derechos no se rinde, pero el dominicano cree que eso está de más, expresó al plantear que la Red trata de romper con esa cultura mediante campañas de concienciación.

Como parte de las estrategias de difusión, las entidades agrupadas en la referida red socializan una encuesta realizada por la firma Gallup Dominicana, en la cual se midió “El Costo de la Corrupción en los Hogares de la República Dominicana”.

De acuerdo con esos resultados el  índice de corrupción general del país es de  9.7%, con relación al pago de servicios por una gestión en el sector público. Cuando se cuantifica ese porcentaje se estima  que  en el 2006 el gasto en corrupción alcanzó los RD$6,200 millones. De esa cifra, los hogares dominicanos estarían destinando, en promedio,  RD$2,856 en pagos por” macuteos”.

En la encuesta también se establece que la región con mayor índice de corrupción es la región  Noroeste,  que comprende Valverde, Montecristi, Santiago  Rodríguez y Dajabón, cuyo  índice de un 17%.

LA VORÁGINE CORRUPTA

Otro de los resultados que arroja la investigación es que la gestión con más alto nivel de corrupción fue el estacionamiento de vehículos en las calles.

Aunque no se trata de una gestión en dependencias públicas, Bergés explicó que se vincula a la corrupción porque los usuarios tienen que pagar por una vigilancia en la que media el chantaje.

“Vivimos permanentemente envueltos en una vorágine corrupta que debemos parar, y lo que quiere esta campaña de sensibilización es apoderar al dominicano para  que salga a la calle con la actitud de que no dejará pasar la corrupción”. Sin embargo, para Bergés hay datos alentadores como la valoración que los dominicanos les dan a la honestidad, la cual aparece con un 60%.

Con relación a esa variable advirtió que existe una contradicción entre ese resultado y la práctica cotidiana porque los dominicanos, con su silencio,  han permitido esa zona de tolerancia, crepuscular, de medias tintas, en donde se acomodan situaciones oscuras.

“Si nosotros logramos, con esta campaña  elevar ese índice de actitud con relación a una actitud firme en contra de la corrupción,  habrán  corruptos pero no se podrán vender como honorables.

OTROS RESULTADOS

La encuesta sobre el índice corrupción es la primera que se hace en el país. Otros resultados que aparecen en la misma indican que el  60% de los hogares no saben dónde se puede denunciar un caso de corrupción.

 Solamente un 5.5% de las víctimas de corrupción la ha denunciado, y el resto entiende que es un pérdida de tiempo.

El  44.8% de los entrevistados consideró que las esferas más altas del gobierno son las que están más involucradas con acciones dolosas, y un 18% expresó que el flagelo se encuentra en los niveles más bajos.

Asimismo, el  80% de los encuestados se definió  como  “nada corruptos”, y el 55% manifestó que la iglesia es la institución que está haciendo mucho o bastante para enfrentar la corrupción.

El soporte del estudio

El Estudio de Costos de la Corrupción en Hogares de la República Dominicana fue  financiado por  la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y ha sido respaldado por   Consejo para el Desarrollo Estratégico de la Ciudad y Municipio de Santiago, el Concilio Evangélico Asamblea de Dios,  Iglesia de Dios, y la  Iglesia Cristiana Casa de Zión.