Reclama retirar rockash pronto

Reclama retirar rockash pronto

El coordinador de Investigación del Instituto de Química de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Conrado Depratt, afirmó ayer que el “rockash” es tóxico y solicitó al Procurador para la Defensa del Medio Ambiente y los Recursos Naturales que presente los informes técnicos de los laboratorios del exterior para comparar resultados.

El funcionario universitario advirtió que el material debe ser sacado del país antes de que se inicie la temporada ciclónica para evitar que sea esparcido por las lluvias y el viento.

Dijo que los resultados de las pruebas de laboratorio hechos en la UASD son “completamente veraces”.

Depratt descartó el “rockash” sea inerte y que cumple con los requerimientos internacionales como dijo el procurador de Medio Ambiente, José Antonio Trinidad Sena.

En una rueda de prensa el pasado lunes Trinidad Sena presentó documentos con los resultados de laboratorios de Estados Unidos y España en que descartaban que el material fuere tóxico.

Depratt entiende que los laboratorios del exterior al parecer hicieron un estudio superficial de las muestras que les enviaron. Es decir, que sólo estudiaron la matriz del material, razón por la que no encontraron los elementos pesados que contiene el “rockash” como plomo, arsénico, cadmio, berilio, cromo y vanadio.

“Cuando se estudia la matriz lo que aparece es un grupo de óxidos de aluminio, de hierro, de calcio, sodio, potasio, manganeso, silicio, etcétera. Si tú lo pones así, no parece tóxico. Eso no aparece como algo dañino como tal, simplemente se ve como un material que hay que manejar con cuidado,” dijo.

Ese tipo de estudio, según Depratt, es el que suelen hacerle a las cenizas que serán utilizadas comercialmente. “Los análisis de la mayoría de las cenizas que se usan con fines comerciales lo único que presentan son los componentes de la matriz. Estudios más serios van a profundizar sobre los componentes de metales pesados,” afirmó.

Explicó que también la forma en que se recogieron las muestras puede determinar que se encuentre en ellas una menor cantidad de elementos pesados.

Depratt señaló que el tipo de equipo que se utiliza para analizar la composición química de las cenizas también puede hacer que varíe el resultado.

“Uno tiene que hacer un tipo de muestreo que sea representativo del lote global. Hay métodos diseñados para eso, explicó. En esto interviene el interés que se tenga de hacer una verdadera proyección de lo que contiene el material. También los límites de detección de los elementos siempre dependerá del equipo que se utilice”.

Pidió que el “rockash” sea removido de Samaná y Manzanillo, porque entiende que los óxidos que tienen las cenizas pueden provocar problemas de salud en las personas.

[b]PELIGRO DE CICLONES[/b]

Depratt advirtió ayer que el «rockash» debe ser sacado del país antes de que se inicie la temporada ciclónica, para evitar que las lluvias y el viento esparzan los componentes tóxicos de los desechos y contaminen las aguas del océano Atlántico.

Señaló que los contaminantes se volatilizarán con mayor facilidad a causa del mal tiempo.

[b]VIOLAN CONVENIO[/b]

Asimismo, Depratt dijo que el Convenio de Basilea para el control del movimiento transfronterizo de los desechos peligrosos establece que ningún país puede enviar ni recibir desechos tóxicos que no hayan sido tratados en el país de origen.

El coordinador de Investigación del Instituto de Química de la UASD afirmó que el convenio establece que las cenizas volantes producidas por las termoeléctricas son consideradas tóxicas.

Estimó que con la importación de las cenizas se violó el Convenio de Basilea.

«Basta con encontrar estos elementos para determinar que el material es tóxico. Ni siquiera hay que cuantificar los elementos, con el simple hecho de encontrarlos ahí se puede hablar de que son nocivos,» afirmó.

[b]AÚN EN EL SUELO[/b]

El ingeniero químico Ramón Pereyra, quien participó en las investigaciones para rendir un informe al Senado, aseguró que aunque estén mezclado con caliche esos desechos son peligrosos.

Estimó que los tóxicos no tendrían efectos inmediatos, y entiende que podrían causar alguna epidemia en el futuro. «Quizás en diez años comience una epidemia, por ejemplo, de cáncer. Aquí pensamos en lo inmediato pero no en lo que podría pasar. Con los años puede que el índice de cáncer suba en algún sitio; puede que no pase nada. Sin embargo, hay que aplicar el principio precautorio.”

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