Hoy 
Familiares y amigos del asesinado técnico de aviación, Angel Christopher Martínez, lo recordaron ayer al cumplirse el tercer aniversario de su muerte con un acto en el mismo lugar donde recibió los disparos que acabaron con su vida.
Su hijo Erick Christhoper Martínez, al hablar en el acto, dijo que la falta de voluntad de las autoridades y la complicidad han impedido condenar a los culpables de su muerte, hecho ocurrido el 12 de julio de 2006.
Aseguró que su padre era un hombre serio que pagó con su vida por haberse resistido al soborno y al poder de poderosos vinculados a la aviación que trafican con drogas y cometen otras acciones reñidas con la ley.
Hay autoridades judiciales que se han arrodillado ante el crimen, que se llenan de miedo y otras actúan en complicidad con el crimen organizado, dijo.
Sostuvo que la familia no está dispuesta a permitir que se siga jugando con ellos, mientras los asesinos de su padre se pasean impunemente por las calles del país como si nada hubiera pasado.
Otras voces
En el acto estuvieron presentes personalidades como el doctor Antonio Cruz Jiminián, Virgilio Almánzar, Pedro Domínguez, de la Asociación de Pilotos, Nemén Nader, Julio César de la Rosa y Porfirio Rojas Nina, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Rojas Nina lamentó que desde el gobierno no haya interés en resolver ese y otros asesinatos de ciudadanos inocentes.
Afirmó que el presidente de la República, Leonel Fernández, y los organismos de seguridad del Estado saben muy bien lo que pasa en el país. El dirigente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos dijo que tienen 152 casos de impunidad en grandes crímenes aún no resueltos.
Su muerte sigue siendo un misterio
El miércoles 12 de julio de 2006 ,Angel Christopher Martínez, de 58 años, fue atacado a tiros por dos hombres que se desplazaban en una motocicleta.
El funcionario de la entonces Aviación Civil, hoy Instituto Dominicano de Aviación Civil, fue impactado por dos balas en momento en que se transportaba en una yipeta de su propiedad por la calle Puerto Rico, esquina 10, en el ensanche Alma Rosa I, en el municipio Santo Domingo Este.
Del crimen no se ha podido establecer responsabilidades, pese a los esfuerzos que desde entonces hacen sus familiares y amigos.
