Reclamo de adhesión

Reclamo de adhesión

El Congreso Nacional ha de jugar, como corresponde, un rol de primer orden para que el país alcance la proyectada reforma fiscal en un tiempo razonable.

Uno de los siete puntos del ACompromiso por la Estabilidad y la Gobernabilidad@ suscrito por el Presidente Hipólito Mejía y su inminente sucesor Leonel Fernández, con monseñor Agripino Núñez Collado como testigo, señala el propósito de establecer conversaciones constructivas con los legisladores e influir en ellos para la consecución de la ley.

Sin el logro de este objetivo perdería su base el acuerdo de mandatarios con que se aspira a robustecer la gobernabilidad encausando voluntades hacia la solución de problemas económicos de primer orden, incluyendo la crisis energética.

Procede resaltar que en su composición las cámaras legislativas incluyen a miembros que no responden a lineamientos de los partidos compromisarios de los firmantes.

Se hace referencia en especial a diputados y senadores elevados a curules hace dos años bajo los símbolos del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC). Ellos, al igual que sus colegas de las demás banderías, deberían tener bien presente que abriéndose al consenso, que es apremiado por la transición, estarían creando las bases para un diálogo nacional más amplio que conduzca al país firmemente hacia la estabilidad y el desarrollo.

El Poder Legislativo debe ser parte del gran compromiso de superar las graves dificultades coyunturales, sin menoscabo de sus facultades constitucionales, sino aplicándolas en coincidencia con los intereses generales.

[b]Agresión a símbolo[/b]

La situación que se presenta en el entorno e interior del histórico monumento al predicador dominico Fray Antón de Montesinos, junto al mar Caribe en Santo Domingo, ha alarmado, nada más y nada menos, que al síndico del Distrito Nacional, señor Roberto Salcedo.

En adición al problema de insalubridad y ornato que constituye la arrabalización que ha surgido por esa parte del litoral, el ejecutivo municipal comprobó que es utilizada por delincuentes para reunirse y ocultarse.

Desde luego que el asentamiento de malhechores en el área del monumento deviene del estado de abandono en que ha sido dejado por autoridades, sin controles de orden público, sin mantenimiento ni limpieza.

El desorden del malecón, ante el cual ya el organismo edilicio y otros del Estado se sacuden y actúan, debería estremecer y hacer reaccionarBen la fecundidad de nuestra imaginación, al menos- las piedras que, moldeadas por el hombre, representan la figura imponente del autor del Sermón de Adviento.

(Qué oportuna sería hoy alguna enérgica protesta del Fray Antón contra las indignidades que tensan con preocupación a la sociedad dominicana, y no solo contra los males del borde marino!

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