Reclamos ciudadanos

Reclamos ciudadanos

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
Es una lástima, y una costumbre de la burocracia oficial, que pese a conocer cuales son sus obligaciones en la administración y custodia de los bienes públicos, solo en base a presiones y reclamos de la ciudadanía que acude a solucionar los problemas más perentorios, que se agravan cuando el descuido y el desinterés destruyen las propiedades públicas.

La ciudadanía ha dado una gran demostración de responsabilidad cívica cuando en el sector de El Millón y Las Praderas, sus residentes, se movilizaron a una para reclamar ponerle atención al problema de aguas negras, acumuladas en una laguna, que por años no contaminaba ya que contaba con un sistema de bombeo, pero el descuido y la falta de mantenimiento, canibalizaron los equipos que fueron abandonados; la laguna se había convertido en un foco de infección y generador de enfermedades y malos olores, que tenía alarmado a todo ese vecindario.

Las movilizaciones realizadas por los residentes de la zona tuvieron más efectos que los reportajes publicados por la prensa, que ya venía observando con preocupación ese gran descuido. El nivel de las aguas negras iba en aumento, amenazando con un día desbordar sus orillas y derramarse por la Núñez de Cáceres y la Mejía Ricart.

Las excusas de algunos funcionarios importantes, de que no se había contemplado dinero en el presupuesto para atender ese trabajo, el cual tiene a medio talle un túnel a todo lo largo de la Núñez de Cáceres, fueron derribadas por la firme decisión del presidente Fernández de atender los reclamos y desde hace días ya se trabaja aceleradamente para reponer el sistema de bombeo destruido por la indolencia y el descuido. Pronto el nivel de laguna descenderá hasta secarse y quizás no vuelva a repetirse esa calamidad pública.

Esa laguna de la Núñez de Cáceres tiene un papel regulador del medio ambiente. Por como todo lo que aquí ocurre cuando las propiedades públicas están en manos oficiales, no hubo interés en darle mantenimiento al equipo de bombeo, el cual se fue destruyendo paulatinamente hasta ocurrir el desastre que solo por la responsabilidad de los vecinos del lugar fue posible que las autoridades se espabilaran para acudir de inmediato a darle el frente al problema que ellos lo veían diariamente en su transitar por la zona.

Hasta se prefirió dejar que particulares ocuparan el lugar donde estaban las bombas que se abandonaron. El espacio fue ocupado por diversos negocios y la indolencia reinaba entre los funcionarios sanitarios que veían como cada día se iba elevando el nivel de las aguas negras de la laguna.

La ciudadanía asumió su rol y su responsabilidad. Sus protestas pacíficas fueron suficientes para estremecer a las autoridades. La orden presidencial tuvo sus efectos ya que algunas autoridades habían sentenciado y recalcado que no había dinero para eso trabajos, ni mucho menos para completar el túnel que se excava a todo lo largo de la Núñez de Cáceres para desaguar la laguna y hasta serviría para colocar otras tuberías de servicio.

Pero ya las autoridades le han cogido las señas al presidente y están hablando de terminar los trabajos del túnel y de las obras complementarias.

Es una constante dominicana que si la ciudadanía desea conseguir algo del gobierno es con protestas de todas índoles, unas son violentas en que se recurre a la obstrucción de la vía pública, quema de gomas, destrucción de propiedades y con muchos encarcelamientos, pero es así que se obtienen los resultados, al menos que no sea como ahora en tiempo de campaña, cuando hay un derroche de dinero oficial por casi todas provincias con muchas promesas, inicio de obras y asegurar un voto de la ciudadanía que ahora mismo no está muy decidida a darle un apoyo masivo a los candidatos del PLD para recomponer la composición actual del Congreso y de los ayuntamientos.

Lo que se ha hecho con la laguna de la Núñez de Cáceres hay que verlo como una solución provisional. Dependerá su duración de la responsabilidad de las autoridades para continuar con el proyecto completo de sanear la laguna en donde se incluye completar el túnel y ponerlo en funcionamiento. Mientras tanto, si las bombas se operan bien y se atiende su mantenimiento, se estaría seguro que paulatinamente se solucionará la insalubridad que rodea a la laguna y mejoraría sustancialmente la salud de los habitantes de la zona que supieron reclamar con altura sus derechos a una vida saludable y en armonía con la Naturaleza. Además con la actitud de los vecinos a la laguna se cumplió la sentencia de Monseñor Camilo “el que no llora no mama” con el caso de la carretera La Vega-Moca.

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