Reclusos La Victoria se quejan por falta medicinas y precariedad de espacios

Reclusos La Victoria se quejan por falta medicinas y precariedad de espacios

La carencia de medicamentos, las enfermedades provocadas por el hacinamiento y los altos costos de los espacios para vivir son parte de los elementos de los cuales se quejan los presos de la cárcel de La Victoria, donde en la actualidad conviven ocho mil reclusos.

La falta de ventilación de las celdas, donde en espacios para no más de 30 personas se alojan más de 100 es mortal para los que padecen enfermedades respiratorias como el asma. Ellos ven complicar sus cuadros de salud hasta caer en tuberculosis y muchas veces mueren por esa causa.

“Aquí hace falta un médico para los asmáticos, hacen falta medicinas. A cada rato uno escucha de que se muere alguien de eso y es porque no hay medicinas para tratar nada de eso”, expresó un recluso en voz baja, por temor a que lo escucharan quejarse.

Otro que le acompañaba, tras recriminarle por estar hablando, luego accedió y dijo que otro problema que padecen por la insalubridad es la aparición de hongos y los problemas en la piel, así como en los pies.

El espacio construido para tres mil reos es actualmente ocupado por ocho mil, con todas las consecuencias que puede traer la sobrepoblación y la falta de salubridad que se genera por la ausencia de espacio.

Contiguo al área médica se encuentran unas celdas con camas de cemento en la que se aloja a los enfermos de tuberculosis y próximo a esa una para personas con problemas mentales.

Llama la atención un joven que se asoma en silla de ruedas y con una sonda a su lado, que asegura llegó en esas condiciones al recinto porque fue baleado ‘en un problema’ que tuvo.

En nichos, como los muertos. En la medida en que la estrechez se fue haciendo común en el recinto carcelario, a través de los años, el ingenio ha parido ideas insólitas para los que no viven esa realidad. En determinadas celdas fueron creados huecos similares a los nichos que se construyen en las tumbas para alojar a una persona.

En el citado espacio solo cabe un pequeño colchón y las pocas cosas que puedan colocar de manera improvisada porque solo consiguen estar allí acostados o sentados.

Suben por una pequeña escalera, se sientan dejando los pies colgando fuera, si entran es en esa misma posición y solo logran cambiarla para tumbarse sobre el colchón.
“Así como tú lo ves esto vale pila… y aquí en Alaska es que son caros. Aquí hay uno que lo están vendiendo en RD$180 mil”, expresó un reo, mostrando el espacio.

Lo vende el que lo ocupaba anteriormente y que lo adquirió de la misma forma, sin que se sepa de manera inmediata cómo inició ese tipo de espacios allí.

Las pequeñas puertas de los nichos son de madera y se cierran halando un pequeño hilo y cerrando por dentro. Ahí los presos se encuentran seguros.

Aunque el precio en la zona de Alaska puede sonar exagerado como todo lo demás en lo que es el VIP de La Victoria, en los otros lugares un espacio similar cuesta entre 20 y 40 mil pesos, según las condiciones que posea.

A simple vista se ven como gavetas pero al observar con detenimiento se empiezan a ver los movimientos sigilosos y uno que otro pie asoma colgando desde arriba u otro sube con gran destreza las escaleras y se instala en su ‘habitación’.

La diferencia en los precios entre Alaska y los otros lugares también es notoria en la alimentación.

En los negocios de comida instalados allí los precios varían: mientras en las diferentes áreas pueden comprar un servicio en 50 o 60 pesos, en Alaska cuesta entre 100 y 125 pesos.

Promesas de demolición. Desde el año 2007 la autoridades competentes han hablado de demoler La Victoria por el hacinamiento. Sin embargo, los años pasan y la población va aumentando sin que se den los pasos concretos.

En el año 2009 el entonces procurador Radhamés Jiménez anunció nueva vez la demolición y dijo que se construirían dos recintos, uno en Haras Nacionales y otro en Palavé con capacidad para 2,000 reclusos cada uno. El pasado año 2015 el diputado Elpidio Báez anunció una propuesta de resolución para la demolición y en esa ocasión el director de Prisiones, Tomás Holguín, se opuso y dijo que para sustituir La Victoria se necesitan cinco cárceles.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas