MEXICO (AFP).- En América Latina la fe en la democracia se está perdiendo porque, entre otras cosas, la población de la región cuestiona qué tanto ha modificado ésta su situación económica, dijo este lunes en la capital mexicana, José Zalaquett, presidente de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).

   «Habiendo regresado la democracia a la región muchos se preguntan »qué hay para nosotros de la democracia» (…) »En qué nos ha ayudado la democracia para superar la discriminación o la pobreza»», expuso Zalaquett en conferencia.

   Esos cuestionamientos son «materia de preocupación en el sentido de que se empieza a perder la fe en la democracia», añadió el presidente de la CIDH que realiza su período extraordinario de sesiones en este país.

   El pasado mes de abril el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó un informe en el que revela que un 54,7% de la región aceptaría un gobierno autoritario si así resolviera sus problemas económicos.

   José Zalaquett evitó secundar ese informe, pero reconoció que estudios de opinión como el de la ONU podrían estar siendo utilizados como una forma «de la gente para expresar su frustración frente a los problemas de su país, pero no me atrevo a interpretar por mi propia cuenta (…) ninguna añoranza por los tiempos oscuros de la dictadura».

   Según él, esos cuestionamientos a la democracia podrían explicarse por la falta de fortaleza de las instituciones que, se supone, la sostienen, por ello considera que deben extenderse los pilares democráticos en las naciones, mediante la ampliación de la participación política de los ciudadanos y el refuerzo de los sistemas de justicia.

   La CIDH trabaja actualmente en unos 1.100 casos de presuntas violaciones de derechos humanos, de los cuales 80 provienen de México.

   «Los casos (en general) se han incrementado mucho», en algunos de ellos se denuncian violaciones al derecho a la vida, libertad de expresión, discriminación de género, de grupo étnico, entre otras causas, apuntó.

   «Advertimos que el tipo de violación de derechos humanos o decisión de políticas centralizadas y superiores de gobiernos dictatoriales ha disminuido grandemente en nuestra región, lo que sí tenemos son situaciones de falencias (carencias) del aparato del Estado», indicó.