Reconocen al doctor Abel González Canalda

Reconocen al doctor Abel González Canalda

El doctor Abel Ricardo González Canalda recibió aquí lo que llamó uno de los honores más grandes de su vida –la dedicatoria XXI Congreso Internacional del Colegio Dominicano de Cirujanos (CDC)– y al hacerlo reveló que desde niño quiso ser cirujano, al punto de que con apenas diez años de edad presenció la primera intervención quirúrgica en la clínica de su padre.

En el acto inaugural del congreso, en el Barceló Bávaro Convention Center, apuntó que abrazó la carrera por la influencia de su progenitor, el reputado urólogo y cirujano Abel González Massenet (1914-2009), quien prácticamente operaba a diario y llegaba a su casa con las manos entintadas de rojo debido al mercurio cromo que se usaba en la medicina en la década del 50.

Miembro de una familia que tiene 110 años incursionando en la medicina, González Canalda recibió una placa de la directiva del CDC, integrada por los doctores Jorge Asjana David, José Ramón Domínguez Cabral, José Ramírez Félix, José Ramón García Domínguez, Giomar Figueroa, Franklin Robles, Bayoan Martínez, Alejandro Soto, Darío de los Santos y Heriberto Rodríguez Bonnet.
El presidente del CDC, Asjana David, dijo que “por su significativo aporte a la cirugía moderna de nuestro país, los cirujanos dominicanos estarán siempre agradecidos de este profesional”, a quien definió como pionero en el país de la cirugía bariátrica y la cirugía laparoscópica. El doctor Domínguez Cabral, quien leyó una semblanza del homenajeado, expresó que este “ha tenido fértil y gran trayectoria como profesional, buen comportamiento social y gran solidaridad para con todos sus compañeros y alumnos cirujanos”.

González Canalda habló sobre sus pasos más señeros en la medicina, indicando en primer lugar que de 1966 a 1967 fue técnico del primer riñón artificial que se instaló en el país, en la clínica Abel González. Añadió que de 1967 al 1971 fue practicante en la misma clínica, atendiendo emergencias y ayudando en las cirugías. En esta última labor sirvió de ayudante de los grandes cirujanos de la época –Félix Goico, Alejandro Capellán y Frank Hernández– y de los recién llegados, Alejandro Segura, Rubén Andújar, Roberto Sánchez Sanlley y Rodríguez Lara.

Nacido en 1946, se graduó de doctor en Medicina en la UASD en 1971; luego se especializó en medicina interna en Dambury Hospital, en Connecticut, Estados Unidos y se entrenó en cirugía general en el Hospital Municipal de Puerto Rico, egresando en 1976.

Reveló que en este último centro registró una de las experiencias más importantes de su carrera: trabajar en los quirófanos 36 horas corridas atendiendo reclusos heridos en un motín en la cárcel conocida como Oso Blanco. A su regreso al país, laboró de

1977 a 1983 como médico ayudante de cirugía en el hospital Francisco Moscoso Puello, de la capital. Fue en 1977 en Dallas, Texas (adonde fue a presentar un trabajo experimental de la Universidad de Puerto Rico), donde conoció la cirugía bariátrica para combatir la obesidad; entonces se tenía el “gastric baypass” como técnica predominante.

Un año después realizó aquí la primera cirugía bariátrica abierta y se entrenó en la misma en Minneapolis, realizando múltiples operaciones.

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