Aquello de que nadie es tan pobre que no tenga nada que dar, ni tan rico que no necesite nada se cumplió en la vida de Rubén Darío Rodríguez, quien junto a su esposa alojó en su humilde hogar a niños pequeños que deambulaban por el sector de Hato Nuevo para darles la oportunidad de recibir educación primaria.
A pesar de su humilde condición, Rodríguez continúo recibiendo más y más niños, lo que le obligó a tener que desprenderse de su vivienda y alquilar una habitación para él y su familia.
Al día de hoy Rubén Darío Rodríguez le está dando forma a sus sueños, levantando en un solar de su propiedad el Centro Educativo Maternal La Esperanza.
En esta escuela, que se levanta con la ayuda del Club Rotario Naco, se impartirán clases en tanda matutina y vespertina, ya que la matrícula es de unos 350 niños y el lugar es pequeño.
Se estima que la cantidad de estudiantes aumente, ya que muchas personas de la comunidad se han enamorado del proyecto.
Reconocimiento
Como una forma de apoyar y reconocer la labor de Rodríguez, la Fundación Andrés Hernández ha premiado a Rodríguez por su labor meritoria la cual realiza con su propio esfuerzo. Además de resaltar su labor la fundación, realizó un donativo en metálico de 50 mil pesos.
El donativo fue entregado por Jerry W. Dupuy, miembro del primer equipo de voluntarios del Cuerpo de Paz.
Sobre la fundación. La Fundación fue instituida en honor a Andrés Hernández, primer director del Cuerpo de Paz integrado por los primeros grupos que llegaron en julio de 1962 a prestar servicio voluntario.