Reconociendo derechos

Reconociendo derechos

La franja de la población dominicana ya situada en la Tercera Edad seguirá creciendo, lo que obliga a extender hacia ella la protección a la salud y al poder adquisitivo que merece para sostenimiento. La atención actual a las necesidades de ese sector demográfico es ínfima. El Poder Ejecutivo ha creado el «Plan Especial Transitorio de Servicios de Salud» que en su primera etapa extiende prestación médica a 116 mil pensionados y jubilados, indicación de que el Gobierno reconoce la ingrata realidad que sume a muchos envejecientes a los que el sistema asegurador margina de derechos, un tratamiento de dolorosa injusticia que el Estado con esta medida se propone conjurar al menos parcialmente.
La función de poco impacto social del régimen asistencial coloca a un numeroso sector de edad mayor al margen de sus beneficios, no solo porque la afiliación expira por motivos de edad. Margina porque además las pensiones que en gran número se asignan al retiro en el sector público no permiten vivir decentemente a una buena parte de los antiguos servidores.
Fuera de esas miserias de pensiones procedentes del Fisco, demasiados empleados privados que salen de su ejercicio están condenados todavía a un acceso cero a los fondos ahorrados para pensiones o la mayoría recibiría ingresos que por lo que se sabe no demostrarán que en este país se protege a la vejez.

Enlodando lo bonito

De Jarabacoa y Constanza suele decirse que son lugares de «eterna primavera» por su clima y esplendor de vegetación; pero cualquiera se alarma al saber que en la primera de esas ciudades todo lo que los humanos desechan, biológico o parecido, allí mismo se queda. Unos residuos muy insalubres de la vida conspiran allí contra las condiciones ambientales y fluviales que merecerían habitantes y visitantes.

En Jarabacoa se juntan los ríos Yaque y Jimenoa pero no existen drenajes ni planta de tratamiento para las abundantes aguas negras que se producen a sus orillas. Hasta al escribir de esto hay que taparse las narices. En la lista de reclamos de este municipio, colocado bellamente entre bosques, aparecen otras insuficiencias de servicios relacionadas todas con el despojo presupuestal que sufren los cabildos.

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