El presidente electo Leonel Fernández, con verdadero espíritu de justicia, ha estado recibiendo en el Palacio Nacional a todos los importantes miembros de los partidos y movimientos que le apoyaron en la pasada campaña electoral.

Esto es un reconocimiento importante a todos aquellos dirigentes de diversos sectores que hicieron posible el contundente triunfo electoral en la primera vuelta.

Cuando se hace este tipo de acto, se estimula a los que trabajaron por la candidatura ganadora, aunque como siempre pasa se cometen algunas injusticia, olvidando a algunos de los que también pusieron su granito de arena para el mismo propósito.

Esto sin embargo es muy común en el acontecer político dominicano. La labor política nunca es medida con la suficiente justeza y es porque pocos regularmente se aprovechan del trabajo de muchos.

El figureo y los figureros por lo general son los que más aprovechan estos acontecimientos, pues han desarrollado una vocación singular en ese sentido, que en ocasiones les rinden los beneficios que se proponen.

Aún así en la actividad política hay que contar con todos y soportar estas cosas que finalmente sólo sirven para aumentar el ego personal, aunque sean inútiles para propósitos loables.

Con todo, el presidente Fernández Reyna hace bien en compartir y reconocer el trabajo de estos importantes grupos y partidos aliados.

Si una cosa quedó demostrada con los resultados de las elecciones, es que el PLD solo no ganaba en primera vuelta.

Los aliados le dieron a Leonel el puntaje necesario para el triunfo, esto por supuesto no disminuye en nada al partido oficial, que sigue siendo la fuerza política más importante de la Nación.

El futuro gobierno tiene por delante retos muy severos que no podrán enfrentarse sino con la participación de todos los ciudadanos interesados en el bienestar de la república.

Compartir responsabilidades es lo sabio, aunque éstas no necesariamente tengan que ser públicas.

La responsabilidad del país es de todos y el presidente Fernández es el primero en reconocerlo cuando llama a un imprescindible diálogo nacional, donde se enfrenten los retos que nos son comunes y juntos busquemos las soluciones más acertadas, provengan de donde provengan.