POR ALTAGRACIA ORTIZ GÓMEZ
PEDRO BRAND.- Nueve años lleva detenida la construcción del hospital Rodolfo de la Cruz Lora a pesar de que daría asistencia social a una comunidad densamente poblada. Hace casi 10 años que ese hospital funciona provisionalmente en un ala del edificio del hospital Psiquiátrico Padre Billini. Al frente la nueva estructura se levanta imponente, pero a la mitad y con más del 80% de los equipos almacenados por años.

La primera parte que estaba programada para ser entregada está a la mitad de la construcción, se estima que con RD$4 millones estaría concluida, aunque eso no incluye el equipamiento, sostiene su actual director.

El director del centro, doctor César Augusto Mejía Familia tiene la esperanza de que todo se pueda resolver y esa comunidad tener el centro que merece.

Esta primera parte abriría con unas 115 camas, mientras la segunda parte abriría con la totalidad de 550 camas.

La esperanza de los médicos y del personal de enfermería de ese hospital es que las autoridades los visiten y puedan observar la construcción, iniciada en los primeros cuatro años de gestión peledeísta.

Sería un hospital materno infantil y traumatológico, pero en la actualidad los únicos huéspedes de aquel edificio a mitad de construcción son los 15 niños que fueron recuperados en los hogares Lubby.

Los pasados cuatro años se avanzó un poco en la construcción, pero los avances llegaron sólo a un 50 y 80 por ciento, pero eso sí, la eficiencia en la compra de equipo fue cuantiosa.

La segunda etapa de ese hospital vecino al hospital Psiquiátrico se estima que habría un gasto de RD$50 millones.

En ese hospital se atienden casi todos los servicios de la medicina tradicional, consulta de pediatría, tuberculosis, medicina interna, traumatología y pacientes con el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).

Cada mes se atienden alrededor de 3000 personas, allí reciben sus medicamentos y el área de consulta se ha acondicionado.

Sólo se paga una cuota de recuperación por los servicios de sonografía y radiografía. La población de pacientes es escasa, ya que sólo tienen ingresados unas 22 personas discapacitadas.

Este hospital está rodeado de pobreza e indigencia, pues los vecinos más cercanos son las 400 familias que viven en barracones desde la época de Trujillo.

Las enfermedades broncopulmonares son las que más atienden en la consulta, sostiene el director. Eso se debe, explicó, a que el sector está cercano a las industrias.