El último informe del Departamento de Trabajo de Estados Unidos revela que se ha producido un récord histórico en el número de puestos de empleo vacantes a nivel nacional, casi 7 millones.
En total, la oferta aumentó en 117.000 en junio hasta las 6,94 millones de plazas, un incremento del 12 por ciento con respecto al año pasado.
Esto ocurre en pleno auge de la economía estadounidense y pese a la guerra comercial que ha iniciado el presidente Donald Trump con China y otros países.
También ha crecido de forma considerable el número de personas que renuncian a su trabajo de forma voluntaria, un indicador del nivel de confianza del trabajador en encontrar algo mejor o en apostar por una empresa propia. La cifra se ha situado en 3,6 millones, un incremento de 106.000.
El porcentaje de renuncias es el del 2,4 por ciento, un número que no se registraba desde abril de 2001. No hay duda de que el mercado de trabajo en Estados Unidos atraviesa por uno de sus momentos más sólidos, con la tasa de desempleo ubicada en el 3,9 por ciento.
El número de puestos disponibles superó al de desempleados en 659.000, un dato que ve la luz días después de que el Departamento de Trabajo anunciara la creación de 201.000 nuevos empleos en el mes de agosto.
Encaja además con el aumento salarial registrado durante ese mes, al mayor ritmo desde 2009. Son datos que refuerzan la sensación de solidez financiera que transmite la primera potencia mundial. El producto interior bruto alcanzó un 4,2 por ciento en el segundo trimestre y apunta hacia otro 4 por ciento en el próximo período.