Hoy 
Roberto B. Saladín Selín
El próximo 20 de marzo se cumplirán 20 años de la renuncia (15-3-88) como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de Don Antonio Ortiz Mena, el cual ocupó la Presidencia del Banco por 17 años, después de su elección el 27 de noviembre de 1970, efectiva el 1ro. de marzo de 1971, representando esa etapa como se le ha denominado de la «continuidad y el cambio», llevando Don Antonio a nuevas cumbres de crecimiento a la institución bancaria.
Después de la dinámica gestión de Felipe Herrera como primer presidente del BID (1960- 1971), Don Antonio logró darle una proyección extra regional al Banco, incorporándose 12 nuevos países al BID mediante la Declaración de Madrid (1974). Los países miembros del BID, pasaron así de 23 en 1971 a 44 países en 1987, entre ellos 15 países europeos; además ingresaron Israel y Japón.
Durante la Presidencia de Don Antonio Ortiz Mena (1971-1988), los préstamos del Banco aumentaron 10 veces, pasando de US$4,000 millones en 1970 a US$40,000 millones en 1987. Asimismo, los recursos del Capital Ordinario aumentaron de US$2,400 millones a US$34,000 millones. Por su parte, el Fondo de Operaciones Especiales (FOE), pasó de US$2,300 millones a US$8,400 millones.
Don Antonio tenía una larga relación con el BID, ya que como Representante Alterno de la delegación de México participó en la reunión de Ministros de Economía y Finanzas celebrada en Quintadinha, Brasil (1954) y luego en las negociaciones para la creación del Banco de desarrollo económico de América Latina y el Caribe que vino a ser el BID, creado en 1959, el 30 de diciembre de ese año, cuando 18 países ratificaron su Convenio Constitutivo y estando presente en las asambleas anuales, en su condición de Gobernador por México.
Don Antonio, puede decirse, que fue profeta en su país México y en el escenario internacional. Su paso como Subdirector General del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (BANOBRAS), su gestión como Director del Instituto Mexicano de Seguro Social y su exitosa labor como Secretario de Hacienda y Crédito Público de México (1958-1970), le dieron una proyección y estatura internacional que lo llevaron a la Presidencia del BID por 17 años. Durante la gestión de Don Antonio en el BID, éste fue pionero en varias áreas. Ejecutó el primer programa de micro-empresas (1978), estableció la Facilidad de Financiamiento Intermedia (1983) para reducir los tipos de interés, apoyó la fundación de la Corporación Interamericana de Inversiones (1986); apoyó con un financiamiento a la CAF (1970) para la identificación de proyectos; auspició el primer financiamiento para el desarrollo rural integrado a Venezuela US$75.0 millones, el primer préstamo para la Preservación del Patrimonio Cultural a Perú US$29.8 millones como el primer financiamiento a México para el turismo por US$22.0 millones.
