Recordando a  Fred Halliday

Recordando a  Fred Halliday

Empezando el día recibí el mensaje de que el libro Caamaño en Londres; el exilio de un revolucionario latinoamericano había sido finalmente publicado por la Brookings Institution Press. Por fin podríamos Fred Halliday y yo sentirnos conformes por este trabajo conjunto. Nos había tomado algo más de un año cubrir el estudio del periodo en que el ex Presidente constitucional Francisco Alberto Caamaño Deñó se desempeñara en la capital del Reino Unido como agregado militar del gobierno dominicano.

El libro describe el periodo de los 21 meses que Caamaño pasó moviéndose por Europa. Con la ayuda de algunos de sus antiguos estudiantes, Fred pudo reunir en el Reino Unido y en los archivos nacionales de Estados Unidos una buena cantidad de documentos desclasificados sobre la presencia de Caamaño en Londres que han sido incluidos en el texto.

La publicación de esta obra fue para mí una gran sorpresa ya que tenía varios meses sin tener noticias del amigo Fred. Nada desagradable pasó por mi mente en torno a él. Juzgaba en esos momentos de acuerdo con el refrán anglosajón de que cuando no hay noticias es porque todo está bien (No new’s good news).

Jubiloso por la publicación de nuestro libro comuniqué la buena nueva a algunos amigos que compartieron mi alegría. Sin embargo, Adriano Miguel Tejada respondió con mucho pesar: Hamlet; Fred Halliday murió hace unos cuantos días. El mutismo se apoderó de mí. Me resistía a creer lo que Adriano decía. Lo llamé de vuelta y dio otros detalles que habían sido publicados en Diario Libre y en varios medios de comunicación del mundo. El notable académico irlandés Fred Halliday Finnigan había muerto de cáncer en un hospital de Barcelona a la edad de 64 años. ¿Cómo pude haber pasado por alto esta información?

Ese martes pasó a ser algo pesaroso; como si hubiera muerto un hermano. La noticia del deceso me había arrebatado la oportunidad de celebrar el surgimiento de una obra que ambos habíamos ansiado por largo tiempo. No tenía entonces con quien compartir aquella publicación que, con tanta dedicación, Fred encabezó y a la cual me sumé ante su petición. Fue entonces cuando, con ánimo de duelo, empecé a buscar la correspondencia que habíamos sostenido desde que nos conocimos. Trataba de descubrir cuándo se había roto la comunicación y por qué no había sido informado de la gravedad de su salud.

Recordaba entonces que fue Daniel Abreu, un dominicano alumno de Fred en el Instituto Barcelona de Estudios Internacionales (IBEI) quien, por primera vez, se comunicó conmigo para presentarme a ese Profesor Emérito de la Escuela de Economía de Londres (London School of Economics). En aquel momento no acertaba a identificar al personaje que portaba tan alto nivel académico y literario. Más bien intercambiaba con quien, 44 años atrás, siendo un joven estudiante de la Universidad de Oxford, Presidente del Club Laborista de esa Academia, afiliado al entonces partido de gobierno en Inglaterra, había invitado al ex presidente constitucional de la República en armas, Francisco Alberto Caamaño Deñó, a impartir una conferencia en aquel recinto académico.

Contaba Fred cómo el 19 de marzo de 1966 pasó a recoger a Caamaño y a su asistente militar por la estación de tren de Oxford a donde llegó procedente de Paddington. El líder constitucionalista desarrolló entonces un discurso en español durante una hora el cual iba siendo traducido por una periodista danesa. Los ojos le brillaban a Fred con la emoción del recuerdo mientras contaba que, después de la reunión, los muchachos del grupo laborista se reunieron alrededor del héroe dominicano a hacerle preguntas. Entonces lo invitaron a la fiesta de disfraces que celebraban y Caamaño aceptó encantado quedándose un buen rato formalmente vestido entre un grupo de ruidosos estudiantes con camisas floreadas y faldas cortas. Ese recuerdo de Caamaño nunca se alejó de Fred.

El doctor Fred Halliday fue elegido como miembro de la Academia Británica en el 2002 y en 2008 decidió cambiar el escenario de la Escuela de Economía de Londres (LSE), donde había sido profesor por 20 años. Asumiría entonces una posición como profesor investigador en el Instituto Barcelona de Estudios Internacionales (IBEI).

El amor por Barcelona fue a primera vista y allí formó parte de una red intelectual y social muy progresista. Fue un gran maestro y muchos de sus estudiantes y jóvenes colegas siempre han reconocido su deuda con él por la supervisión y tutoría así como por la inspiración que les transmitía en el desarrollo de sus estudios.

Sus charlas académicas y políticas siempre atraían porque era un hombre que estimulaba al estudiantado hacia la lucha.

Esta curiosidad estuvo dormida y nunca supo desarrollarla hasta que se vinculó con estudiantes dominicanos en Barcelona. A partir de un contacto propiciado por el dominicano Daniel Abreu, Fred y yo empezamos a intercambiar mensajes a través de los cuales él trataba de organizar una visita a República Dominicana. Entonces me propuso la redacción de un libro sobre la estancia de Caamaño en Londres. Dijo haber leído con gran interés y emoción mi libro Francis Caamaño; Coronel de Abril, Comandante de Caracoles. Fred añadió que fue después de esa lectura cuando escribió un artículo publicado en la revista Global en el año 2008 sobre la forma en que conoció a Caamaño. Más aún, una conversación con la periodista dominicana Kenny Cabrera en Barcelona le había despertado el apetito literario por recrear lo que Caamaño había vivido en Londres. Según Fred decía, desde Simón Bolívar y Francisco de Miranda en el siglo 19, Caamaño era el político latinoamericano más importante que había permanecido durante algún tiempo en Londres.

Fred Halliday estuvo con nosotros durante varias semanas en enero del 2009. Empezamos entonces a conocer en detalle algunos de los más de 20 libros que había publicado, fundamentalmente sobre el Oriente Medio. Fue un personaje que nunca evadió una controversia. Se enfrentaba con cualquiera que lo retara y siempre lo hacía en defensa de la justicia, los derechos humanos y los valores democráticos socialistas. Condenaba asimismo cualquier relativismo apologético de las tiranías en los países subdesarrollados, siempre apoyadas por el imperialismo de Estados Unidos.

Habíamos quedado Fred y yo en escribir Caamaño en Londres; el exilio de un revolucionario latinoamericano de manera conjunta publicando la primera parte en inglés en noviembre del 2009. Él suponía que para esa fecha y por alguna razón el presidente Leonel Fernández estaría en Londres y quería ponerlo en circulación contando con la presencia del primer mandatario dominicano.

Sin embargo, nuestro libro está siendo publicado ahora en inglés por la Brookings Institution Press sin contar con la presencia de Fred Halliday, mentor de este proyecto que cubre un período desconocido de la historia de un prócer de la patria dominicana.

El recuerdo de nuestro amigo irlandés permanecerá por siempre.

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