Recordando a Pití Houellmont

Recordando a Pití Houellmont

Al amigo Pití lo conocí en el año 1960 cuando grupos de familiares de presos políticos de la tiranía se agrupaban en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva en espera de la “perrera” que traía a esos presos a los “tribunales”.

Nuestras familias tienen cierto parentesco y compartían las mismas ideas políticas en cuanto al régimen imperante.

Es por ese motivo que Pití fue a mi casa y me planteó la posibilidad de formar parte de un grupo Universitario, yo estaba en cuarto año de Derecho, para promover la resistencia a la tiranía en la Universidad; quedó en regresar para mayores datos, pero por desgracia cayó preso junto a otros compañeros; mi nombre nunca fue mencionado.

El 20 de junio de 1961 se apersonó de nuevo a mi casa a invitarme a una reunión de estudiantes universitarios, a fin de tratar la situación política imperante, que se llevó a efecto en la Plazoleta de la Universidad el día 23, interviniendo en ella Asdrúbal Domínguez el propio Pití y Cucho Rojas; tuvimos que dispersamos por la presencia poco amistosa de la Policía. Un pequeño grupo nos reunimos en ocasión del arresto y posterior deportación de Cucho Rojas a Puerto Rico. Ese mismo grupo de unos quince estudiantes nos reunimos en la Universidad y formamos el primer Comité Provisional de la Federación de Estudiantes Dominicanos, presidido por Armando Hoepelman, y entre otros estábamos Asdrúbal Domínguez, Rafael Alburquerque, Leopoldo Grullón, Tony Cuello, Tony Isa, Pipí Delgado, Víctor D’camps, Pití y el suscrito. Más adelante se integraron y fortalecieron el  Comité otras figuras importantes.

Este Comité fue responsable de la lucha estudiantil contra el régimen hasta conseguir la ley que le otorgaba Autonomía y Fuero a nuestra Primada Universidad. En las largas reuniones del Comité las posiciones de Pití empezaban con la frase “de orden”, “de orden”, que todos celebrábamos. Años después volví a encontrarme con Pití en el Movimiento Constitucionalista del 1965; era un cuadro del 14 de Junio, y de nuevo compartíamos posiciones de lucha pues yo era oficial constitucionalista.

Hace apenas unos dos meses nos encontramos en la calle y quedamos en tomarnos una copa de vino en mi casa para recordar viejos tiempos cuando yo regresara de Argentina, donde fui a visitar a mis hijos y nietos. Allí me enteré de la infausta noticia de su fallecimiento. Vayan estas líneas en homenaje de quien siempre fue un hombre que tuvo el valor de defender sus ideales.

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