Recta final

Recta final

Si algo positivo hay que reconocer en el actual proceso electoral es el entusiasmo conque los candidatos han expuesto, aunque a grandes rasgos, los objetivos principales del programa de gobierno que desarrollarían de ser favorecidos por los electores en las votaciones del domingo 16 de este mes. Desde luego, falta por exponer en detalle de qué manera podrían ser alcanzados esos objetivos y cuál sería su costo en términos económicos, políticos y sociales.

El rasgo característico de la campaña que parece haber sido superado ha constituído, desde siempre, una de las grandes preocupaciones de sectores representativos de la sociedad, que entienden, con muy buen tino, que el elector debe tener siempre la oportunidad de concer y seleccionar la que considere la mejor propuesta, en vez de ejercer un sufragio en función de simpatías personales.

Estas exposiciones tienen la virtud de que significan un compromiso que asume el aspirante a ser elegido ante el país y por cuyo cumplimiento o incumplimiento deberá rendir cuentas en el porvenir.

[b]II[/b]

En el plano institucional y haciendo oportunas salvedades, la organización de las elecciones ha tenido pocos sobresaltos en lo que concierne al papel que corresponde a la Junta Central Electoral. Los reconocimientos por el buen trabajo realizado superan con creces los reproches hacia este tribunal y ello garantiza un respiro para todos.

Eso sí, hay que enrostrarle a la Junta su falta de decisión en aspectos medulares de la competencia por el poder. A pesar de ser materia de su incumbencia, el tribunal ha hecho mutis ante denuncias sobre uso de los recursos del Estado en beneficio de un sector político en particular, por la causa de la reelección. En la recta final de la campaña electoral, esta omisión es una tácita validación de esta práctica desleal y falta de ética.

La Junta y los delegados de los partidos representados en la misma coinciden en afirmar que todo marcha bien, inclusive los preparativos para el ejercicio del voto en el exterior, y hay que esperar que así sea.

Además, han sido declaradas satisfactorias las pruebas de seguridad del sistema informático y se afirma que son remotas las posibilidades de que intrusos o hackers puedan manipular data o resultados electorales.

[b]III[/b]

Otro aspecto a resaltar es que la campaña electoral ha sido menos violenta que otras anteriores. A pesar de que la coincidencia en un mismo lugar de activistas de grupos rivales ha provucado incidentes lamentables, con balance terágico, no todos los sucesos han estado vinculados con la política en sí, sino que han sido desencadenados por riñas comunes.

También ha habido alguna mejoría en el respeto a las reglas que restringen la colocación de promoción política en determinados lugares. No es que no haya habido violaciones en este sentido, pero en esta campaña han sido mas escasas y menos grosera.

El lenguaje de los políticos, que en principio llegó a ser hiriente y hasta soez, mejoró bastante en la recta final. Reconozcamos que hemos avanzado. A pesar de nosotros mismos.

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