Rectificación necesaria

Rectificación necesaria

El Gobierno ha dicho que está consultando al Fondo Monetario Internacional sobre la posibilidad de flexibilizar algunos impuestos, entre los cuales se cuentan los de las cervezas y el tabaco.

El anuncio hace deducir que la última reforma tributaria, que está enfocada preferentemente sobre el consumo, en vez de lograr el objetivo de incrementar los ingresos fiscales ha provocado efectos contrarios a los pretendidos.

Una consecuencia podría ser, como parece haber ocurrido en el caso de las bebidas alcohólicas y el tabaco, que la presión fiscal ha deprimido la demanda local de esos productos, reflejándose esto negativamente en las recaudaciones y haciéndolas caer, inclusive, por debajo de sus niveles anteriores a la reforma.

Siempre hemos afirmado que los impuestos sobre el consumo son de manejo delicado y pueden surtir efectos contrarios a los pretendidos. De ahí nuestra preferencia por ejercer presión fiscal sobre las ganancias o rentas, que aún siendo transferidas al consumidor tienen efectos menos determinantes sobre la demanda.

– II –

En algunos países ha dado buen resultado para fines recaudatorios la estrategia de gravar con proporciones manejables el consumo y las rentas de manera generalizada, en vez de presionar excesivamente determinados renglones de alto consumo.

Quienes prefieren esta fórmula basan su preferencia en que los impuestos bajos, o «amigables» para emplear un término muy en boga, desestimulan la evasión y mejoran el flujo de ingresos. Se entiende que en esas circunstancias la gestión evasora costaría más que el importe del impuesto mismo.

Aquí, en cambio, hay predilección por dirigir la presión fiscal de manera selectiva hacia un pequeño grupo de renglones, provocando en algunos casos evasión o merma de las recaudaciones por haber deprimido la demanda.

Da la impresión de que las consultas con el FMI, con ánimos de flexibilizar impuestos, tienen mucho que ver con efectos adversos sobre las recaudaciones como consecuencia de una depresión en la demanda y perjuicios para las empresas productoras.

– III –

Pero aparte de la revisión de estos aspectos de la reforma tributaria, que probablemente se limita a un puñado de renglones, hay puntos de política fiscal que están influyendo sobre los precios de artículos que ya están ingresando al país libres de aranceles, como resultado de las desgravaciones establecidas en el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (DR-CAFTA por su nominación en inglés).

La última reforma tributaria parece haber desplazado el Impuesto Selectivo al Consumo hacia determinados renglones beneficiados con desmonte arancelario inmediato y esto, sumado a la voracidad especulativa del comercio, impide que los consumidores se beneficien de este aspecto del DR-CAFTA.

Entendemos que las consultas con el FMI y la posible flexibilización deben basarse de manera integral en los criterios con que fue concebida la reforma tributaria, no sólo en cuanto a un puñado de renglones. Es necesaria otra rectificación en este sentido.

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