Recuerdan a víctimas de explosión en NY

Recuerdan a víctimas de explosión en NY

NUEVA YORK. Mientras cuadrillas de trabajadores despejaban el domingo los últimos escombros del lugar de una explosión que destruyó dos edificios esta semana en Nueva York, los feligreses de dos iglesias se congregaron para orar, en uno de los casos porque perdieron su local de oración y en el otro por la pérdida de dos mujeres que fallecieron en la tragedia.

La iglesia Bethel Gospel Assembly oró entre lágrimas mezcladas con los cánticos religiosos, mientras los feligreses recordaron a Griselde Camacho y a Carmen Tanco, dos de las ocho personas que murieron en la explosión en East Harlem que derrumbó dos edificios de cinco pisos el miércoles. “Sentimos el vacío.

Las dos estaban muy activas en la iglesia”, dijo Michelle Robinson, administradora financiera de la iglesia. Agregó que Tanco en ocasiones hacía de acomodadora en los servicios religiosos y solía recibir a otros miembros de la congregación en la iglesia. “Somos una familia y todos echamos de menos los enormes abrazos que nos daba”, dijo Robinson.

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, dijo que las mujeres “eran un ejemplo para todos nosotros” por la fe y espíritu que demostraron. “No las defraudaremos”, dijo de Blasio, hablando en el podio de la iglesia junto a las fotos de las dos mujeres. “Todos somos una familia”, destacó. De Blasio también elogió a las cuadrillas de emergencia que sintieron la explosión y “corrieron entre las llamas, en medio del peligro, porque sabían que podían salvar alguna vida”.

Chirlane McCray, esposa de De Blasio, dijo que se realizará una recaudación de fondos para ayudar a los damnificados por la explosión. El dinero se destinará a un plan de ayuda que incluye un fondo de asistencia para las víctimas para financiar sus funerales, alquileres y gastos domésticos.

El plan también incluirá asesores y asistencia a las comunidades de inmigrantes. De Blasio también visitó el centro de oración usado por los feligreses de la Iglesia Spanish Christian que estaba en el primer piso de uno de los edificios destruidos.

Después del servicio de tres horas en la Iglesia de Dios, a unas cuantas cuadras de distancia de la explosión, varias docenas de feligreses de la iglesia destruida se abrazaron y lloraron en medio de sonrisas de consuelo.

Para algunos fue el primer encuentro desde la catástrofe del miércoles. “No sabemos aún donde oraremos, no sabemos lo que haremos”, dijo Carmen Vargas Rosa, que dirigió una reunión de los feligreses.

La mujer señaló que podrían pasar años hasta que la iglesia vuelva a encontrar un local permanente. El sábado, varios trabajadores en el lugar de la explosión encontraron una Biblia grande y la devolvieron al pastor de la iglesia.

La policía dijo que entre las víctimas está la cocinera mexicana Rosaura Hernández, de 22 años, que trabajaba en un restaurante.

Las autoridades mexicanas dijeron que otra ciudadana de ese país, Rosaura Barrios Vázquez, de 43 años, figuró entre los muertos. En el lugar de la explosión había señales de que la limpieza inicial llegaba a su fin mientras comenzaban las investigaciones sobre la causa del siniestro.

Las barricadas policiales eran menos y por la Avenida Madison, a una cuadra de distancia, circulaban los vehículos por primera vez desde el miércoles.

La explosión ocurrió unos 15 minutos después que alguien de un edificio vecino reportó sobre un fuerte olor a gas, dijeron las autoridades.

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, que investiga accidentes de tuberías de gas, dijo el viernes que las pruebas subterráneas realizadas en las horas que siguieron a la explosión registraron altas concentraciones de gas natural.

Los detectives y personas especializado en incendios estaban esperando por la retirada de los escombros para bajar a los sótanos de los edificios destruidos a fin de examinar los medidores, tuberías e inspeccionar cualquier posible fuente del incendio, como interruptores de luz, que podrían haber causado la explosión.

Los trabajadores revisaban minuciosamente una gran cantidad de escombros en busca de restos humanos. Aunque se hallaron los ocho cadáveres de los que estaban desaparecidos, las autoridades dijeron que la operación de rescate continuaba en caso de que otras personas podrían haber quedado sepultadas en el derrumbe.

Más de 60 personas resultaron heridas en la explosión y más de 100 resultaron desplazadas. Funcionarios de bomberos y de las empresas de servicios básicos dijeron que si en los edificios hubo un fuerte olor a gas en días recientes, como dicen algunos vecinos, no tenían prueba de que alguien hubiera reportado la situación antes del miércoles.

Un análisis de la AP de las llamadas al número 311 del gobierno municipal desde el 1 de enero del 2013 hasta el martes tampoco identificó llamadas por olor a gas en los edificios.

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