Igualmente los alimentos ricos en  magnesio, calcio, fósforos y vitaminas del complejo B participan en el correcto funcionamiento del sistema nervioso

Indica el documento que los olvidos frecuentes pueden obedecer a:

-Carencia de nutrientes necesarios para la actividad  cerebral y la producción  de neurotransmisores.

-Escaso flujo sanguíneo hacia el cerebro, ya  sea por los daños que causan los radicales libres o por la mala circulación vascular que provocan los niveles elevados de colesterol y triglicéridos.

 – Disminución de la atención por abuso de café o alcohol.

 -Agotamiento mental debido al estrés.

  De acuerdo al libro sobre memoria, dolencias  como la hipertensión arterial, trastornos de las glándulas tiroideas e hipoglicemia (baja presencia de azúcar en la sangre), pueden dar lugar a una pérdida de memoria.

¿Cómo apuntar los problemas de la memoria desde la alimentación?

Según estudios se ha comprobado que una alimentación rica en ácidos grasos de omega 3 protegen las neuronas de los procesos inflamatorios y favorecen las funciones de pensar, razonar y recordar.

Igualmente los alimentos ricos en  magnesio, calcio, fósforos y vitaminas del complejo B participan en el correcto funcionamiento del sistema nervioso, equilibrando el impacto de los estímulos y previniendo la fatiga intelectual. Asimismo, los alimentos ricos en compuestos antioxidantes ayudan el cerebro, puesto que éste órgano utiliza grandes cantidades de oxígeno y en consecuencia está muy expuesto  a los radicales libres.

 Una dieta con suficientes proteínas es fundamental para la formación y  renovación  de las células  y, por tanto, para el mantenimiento de los tejidos.

  El exceso de colesterol en la sangre  dificulta la circulación en los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro, y esta circunstancia puede afectar la memoria a largo plazo.