Recuerdo anatómico

Recuerdo anatómico

En la población en general, y más en los deportistas, es muy frecuente la aparición de dolor en la región glútea al ser una zona de transición entre la columna y las extremidades inferiores y estar sometida a grandes tensiones.

En la estructura ósea tienen especial importancia dos zonas: la lumbosacra, dotada de gran movilidad y origen de numerosas patologías relacionadas con los discos intervertebrales y la salida de las raíces nerviosas del plexo lumbosacro, sobre todo las que forman el nervio ciático.

La segunda zona es la articulación sacroilíaca, amplia y con escasa movilidad, que está reforzada por los poderosos ligamentos sacros (iliolumbar, sacroilíaco, sacrociático y sacrotuberoso).

La columna lumbar, el sacro y la parte posterior del hueso ilíaco son el punto de anclaje de una variada musculatura que conforma el denominado “core” que corresponde a toda la musculatura pélvica que contribuye al equilibrio y balance de nuestro cuerpo.

Pero no debemos olvidar que al producirse en la cadera, habrá que revisar cómo se encuentra esta articulación en relación a la pelvis y a la zona lumbar por arriba y a todo el miembro inferior, rodilla y tobillo-pie, por abajo. Hay que tener en cuenta que tanto el tracto iliotibial como el tensor de la fascia lata se originan en la pelvis y finalmente a través del tracto iliotibial se finaliza en la rodilla, con lo que problemas lumbares (hernias, bloqueos de la movilidad articular vertebral), bloqueos de la articulación sacroilíaca, o bien alteraciones de la rodilla (valgo, varo) o tobillo-pie (problemas en la pisada y en la biomecánica de la marcha), van a producir una alteración en la biomecánica de la cadera. Así evitaremos, por ejemplo, bursitis de cadera como consecuencia del roce o alteraciones de la rodilla como pueden ser la condromalacia rotuliana o el “síndrome del limpiaparabrisas”.

 

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