Recuerdos de la profesora Minetta Roque Martínez in memirian

Recuerdos de la profesora Minetta Roque Martínez in memirian

  MANUEL A. GARCÍA SALETA
El tiempo transcurre sin que uno mismo se dé cuenta que todo está cambiando; los hijos crecen, se hacen hombres, se casan; forman sus propias familias; aparecen luego los nietos y bisnietos y ahí se forma el conglomerado de tres generaciones que le dan mucha satisfacción, tanto a la madre como al padre. En mi caso son 9 hijos, 28 nietos y 8 bisnietos; les garantizo no hay nada en el mundo que dé más satisfacción a la madre como al padre ver una familia unida para siempre y teniendo cada uno de ellos una conducta intachable, conscientes de sus obligaciones como padres y madres que son, frente a la sociedad que lo ha visto crecer y actuar como profesionales.

Tengo que reconocer que en el transcurso de esos procesos de educación y enseñanza hay una persona que no podemos olvidar nunca, porque fue la que más contribuyó que esos niños entonces y jóvenes después, fueran ejemplo intachable en la sociedad dominicana. Esa persona consejera incansable, fue la profesora Minetta Roque Martínez, maestra de maestros; bondadosa y caritativa, que dedicó su vida a formar hombres y mujeres que son orgullo de este país. Sí la Señorita Minetta no hubiera existido, difícilmente nosotros hubiéramos podido educar e instruir nuestras familias como sucedió.

Pero además, esta distinguida dama fue una luchadora incansable por la libertad del pueblo dominicano del yugo del dictador Trujillo. La Señorita Minetta era la persona que recibía las correspondencias que llegaban desde Haití de los exiliados que estaban en Venezuela, New York y Puerto Rico, documentos que traía un miembro de la embajada de Italia y se la entregaba a ella y luego me llamaba para que la repartiera entre las diferentes personas que figuraban en las listas. En esta actividad estaba involucrado Máximo Bernard Vázquez.

Entre las cosas importantes que la señorita Minetta asumía era la exoneración del pago de colegio a todos los hijos de los padres que estaban presos por actividades políticas, permitiendo así que los niños no perdieran sus clases.

La Señorita Minetta es la persona que me llama diciéndome que uno de los mellizos míos no estaba portándose bien, que fuera al colegio para ella explicarme. Me sorprendió porque era sábado, no había colegio, por esa misma razón salí inmediatamente para el colegio que estaba ubicado en calle José Joaquín Pérez.

Cuando llegué y luego de darme un abrazo, me dijo que entrara a esa aula para que viera quiénes estaban ahí. Estaban Manolo Tavárez Justo y Fidelio Despradel. Lo primero que hice fue preguntarles qué estaba pasando. Fidelio me expresó que Manolo había abandonado la embajada donde se había asilado. Hablé con mis padres y aceptaron recibir a Manolo en su casa, conscientes de la responsabilidad que asumían. La Señorita Minetta fue quien llevó en su camioneta a Manolo a la casa de mis padres en la calle Gustavo Mejía Ricart 48, ensanche Naco.

Para terminar quiero dejar constancia de mi protesta por la omisión en el reconocimiento a la mujer dominicana de la señorita Minetta Roque Martínez, asi como de su hermana doña Lourdes de Santoni y su sobrina Atala de Inchaustegui, que dedicaron su vida a la educación y la enseñanza  de varias generaciones. Espero en Dios que esto se rectifique, porque no es posible olvidar personas que le han dado y servido tanto a su pueblo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas