Recuerdos de mi estancia en República Dominicana

<p>Recuerdos de mi estancia en República Dominicana</p>

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“Si un obrero de un mismo supervisor cometía tres faltas tanto él como el supervisor podrían ser despedidos. Así nació una conciencia de seguridad y se creó un organismo central que emitía los reportes necesarios, obligándose a las compañías subcontratistas a seguir las normas Shell internacionales”.

POR EL ING. INDUSTRIAL EDUARDO Mª DELGADO SUÁREZ  

Los dominicanos menores de 40 años no tienen conocimiento de lo que fue la aventura de la concepción, construcción, puesta en marcha y primeros años de funcionamiento de REFIDOMSA, la Refinería Dominicana de Petróleo, sociedad (joint venture) entre el Estado dominicano y Shell International Petroleum Company.

Siendo yo uno de los últimos actores vivos con responsabilidad en esa historia, he considerado mi obligación hacia al pueblo dominicano el informarle con veracidad de los principales acontecimientos que sucedieron en aquella época, tan tergiversados por diversos motivos por personas, muchas de ellas ignorantes, que no la vivieron. Agradezco muy especialmente al excelente periódico “HOY” por acoger estas breves memorias y a su director, D. Mario Álvarez Dugan, el gran amigo “Cuchito”, Premio Nacional de Periodismo, quien tanto me alentó.

Llegada

El 9 de octubre de 1970, mi familia y yo aterrizamos en Santo Domingo, y nos alojamos en el Hotel Embajador que sería nuestra residencia durante casi tres meses y donde sufrimos nuestro primer apagón. Santo Domingo era entonces una bella y tranquila ciudad jardín de 700,000 habitantes con un solo puente sobre el Ozama y dos rascacielos La Cumbre y el de la Avda. Bolívar, con cinco guardias de tráfico capitaneados por uno que Franco había enviado a Trujillo y cuatro semáforos.

Procedíamos de la Refinería de Cardón, en la península de Paraguaná, Venezuela, segunda en tamaño en el mundo Shell, donde yo ejercía en aquel momento como Gerente de Proyectos, y venía a hacerme cargo de mis nuevas obligaciones como Gerente General Adjunto de la nonata Refidomsa, asistiendo y sustituyendo en todo al gerente general, Constance Kreischer, competente holandés que tenía ante sí la tarea de organizar la nueva refinería de modo que todos los cuadros de mando y operación más las infraestructuras necesarias estuvieran a punto para operarla tras su construcción, con la obligación también de poner en marcha el Convenio de Refinería suscrito con el gobierno dominicano. La construcción era mi otra gran responsabilidad como Ingeniero Jefe del Equipo de Construcción (Construction Team) de la refinería pero con mando independiente ya que dependía de la Oficina Técnica de Shell en La Haya (Holanda) donde se había preparado el Proyecto.

Antecedentes del concurso

A través de las cuatro compañías que operaban en el país Esso, Texaco, Shell y Sinclair (luego Arco) importaba la República Dominicana desde Venezuela y USA los productos que necesitaba derivados del petróleo. En estas circunstancias el gobierno del doctor Balaguer decidió convocar un concurso para la construcción de una refinería que pudiera procesar en el país el petróleo crudo y transformarlo en los diferentes productos de consumo a un mejor precio mas el aporte de tecnología que ello suponía amen de la creación de especialistas y técnicos dominicanos. Así se desarrollaba el potencial industrial del país y se ahorraban divisas al invertir en proyectos que sustituían importaciones.

Al concurso acudieron las compañías que operaban en el país con propuestas que fueron evaluadas escrupulosamente por una comisión presidida por don Enrique Apolinar Henríquez, el recordado D. Quiquí personalidad dominicana cien por cien que no se casaba con nadie en defensa de lo que creía justo.

Shell International Petroleum Company Limited, con sede en Londres, Inglaterra, sometió el 4 de octubre de 1967 al Estado una propuesta final para la construcción de una refinería de petróleo para procesar 30,000 barriles diarios, la cual debidamente evaluada resultó a su tiempo ser la ganadora.

Convenio de refinería y préstamo

Esta propuesta ya convertida en “Convenio de Refinería” suscrito por el doctor Balaguer como Presidente y el señor Gascoigne Bates en nombre de Shell International fue aprobada por el Congreso Nacional el 31 de diciembre de 1969 conjuntamente con un Contrato de préstamo por un valor de US$3,800 000.00 que facilitaba Shell al Estado dominicano para proporcionarle los fondos necesarios para la adquisición del 50% de las acciones que constituirían el capital social de la compañía refinadora. El préstamo más los aportes en activos del gobierno cubriría la adquisición del capital social del Estado Dominicano en Refidomsa. La forma de devolución del préstamo queda determinada en el artículo 5 (b) del Contrato de Préstamo. Volveremos sobre este punto porque trajo consecuencias desagradables al incumplirlo el gobierno.

Inicio mi trabajo

Me incorporé inmediatamente a mi trabajo; las oficinas estaban en un pequeño apartamento en el edificio de “Radio Mil” y había un personal mínimo compuesto por el gerente general, el de Finanzas, Personal y Relaciones Públicas, el de Materiales y Transportes más Lavinia Fiallo la eficientísima secretaria. La primera sorpresa fue que no podía visitar el terreno de 50 hectáreas donde se edificaría la refinería, ubicado en el Distrito municipal de Haina puesto que por una discrepancia de precio aun no había sido adquirido por el gobierno según indicaba el Art. 5 a). del Convenio. Mi equipo de ingenieros especialistas para la construcción de la refinería, “Construction Team”, aún no había llegado (se incorporarían según fueran siendo necesarios) así que fui a visitar a Julio Sauri a la sazón administrador de la hoy extinta CDE, quien me dijo textualmente que él no podía garantizarme energía eléctrica adecuada y confiable (variación máxima de mas menos 3% en la tensión) y que fuera a reclamar a otra parte pues él no conocía lo que indicaba el Convenio. Tampoco por ser la línea Sur muy anticuada podía garantizarme el suministro continuo. Sauri (qepd) era un hombre difícil, de origen humilde, de mucho mérito. conocedor de su Cía, honrado a carta cabal y con quien mantuve luego excelentes relaciones. Por todo ello tuve que solicitar la inmediata incorporación del Ingeniero eléctrico de mi CT (Construction Team) ocho meses antes de lo programado, para tomar las medidas oportunas, para evitar paradas imprevistas durante la operación con gran riesgo para las Plantas.

Mi siguiente visita fue a INAPA, donde Frank Piñeiro, su administrador, me informó que el suministro de agua dulce previsto también en el artículo 5 (c) no era posible en ese momento ya que el acueducto Santo Domingo-San Cristóbal al que debíamos conectarnos no estaba aun construido. Sin él no podía funcionar la refinería.

Ante esta situación, problemas con los terrenos, el suministro eléctrico y el de agua dulce, nos dimos cuenta de que surgirían otros muchos durante la construcción y era obvio de que no podíamos solicitar continuamente audiencia al Presidente para su solución así que conseguimos que el Presidente Balaguer, que siempre se interesó por el progreso de la obra, nombrara a un ayudante civil suyo, José Miniños, (q.e.p.d) como la persona a tratar con él cada caso para encauzar la solución. Resultó ser la persona adecuada.

Contratista principal

El contratista principal era Japan Gasoline, (entonces el mejor crédito a largo plazo era japonés) de gran renombre en Oriente pero con muy poca experiencia en Hispano América y con el inconveniente de que sus ingenieros y supervisores no sabían el español y no conocían la manera occidental de trabajar así que el “Construction Team” no sólo tuvo que supervisar el progreso y la calidad de la construcción como era su obligación primaria, sino que permanentemente tuvo que asesorar y guiar al contratista principal en sus relaciones con sus subcontratistas aumentando grandemente su carga de trabajo y vigilando de cerca el cumplimiento a tiempo del programa de construcción.

Como anécdota, contrataron como intérprete a un estudiante de medicina dominicano pero hijo de una familia japonesa importada por Trujillo, llamado Katsukata Higo, hoy presidente del hipódromo dominicano cuya ayuda reforzada por una agradable personalidad resultó invaluable.

Principio de las obras / Seguridad

Resuelta el 1º de diciembre 1970 la adquisición de los terrenos en Haina y en Nizao para la instalación de la terminal para la recepción del crudo, se empezaron las obras de limpieza de ambos sitios el 11-12-70. Y el 22 de febrero se estableció topográficamente el Bench -mark ( punto oficial de la red nacional topográfica) para situar la refinería y el 25 del mismo mes se inició la construcción de las oficinas provisionales en la misma. Desde el primer momento fue objetivo del CT exigir y conseguir el máximo de seguridad para el personal (2500 obreros y supervisores) durante la construcción pero siendo los códigos de seguridad del tiempo de Trujillo. obsoletos y desconocidos por las compañías dominicanas y el contratista principal Japan Gasoline ignorante de los aspectos de seguridad occidentales, el “Construction Team” tuvo que tomar en sus manos este asunto aplicando el Código Internacional de Seguridad Shell desde el primer momento, dictando normas al contratista principal, dando cursos a los directivos y supervisores de los subcontratistas y estableciendo la necesaria aplicación de sanciones.

El día que se inició el trabajo en Haina de más de 300 trabajadores que debían entrar en la obra sólo permitimos la entrada a 27 por carecer el resto de botas de seguridad, gafas y casco protector, casi inexistentes en el país. Si un obrero de un mismo supervisor cometía tres faltas tanto él como el supervisor podrían ser despedidos. Así nació una conciencia de seguridad y se creó un organismo central que emitía los reportes necesarios, obligándose a las compañías subcontratistas a seguir las normas Shell internacionales. No hubo accidentes mortales dentro del perímetro de la refinería ni del terminal durante la obra. Dentro del programa de Seguridad Industrial se impartieron múltiples cursos de primeros auxilios por personal experimentado de la Cruz Roja dominicana y se creó el servicio de bomberos.

Terminal de Nizao

El terminal para recibir el crudo, materia prima a procesar en la refinería, está situado en Nizao a 28 Kms. de Haina por ser el primer lugar donde la costa presentaba a 2,5 Kms de la playa las profundidades convenientes para la instalación del terminal que se basa en la boya de atraque giratoria apta para recibir banqueros de 70,000 toneladas de desplazamiento cuyo flete costaba sólo el 25 al 35% del que pagaban los GP de 12,000 toneladas que eran los barcos que podían entrar en el puerto de Haina. Este ahorro en fletes permitió amortizar los costos de construcción del Terminal y del oleoducto de 28 Kms. en menos de tres años. Para la operación de la boya fue enviado a entrenarse a los Emiratos Árabes el eficiente oficial de Marina mercante Raknic. La instalación de la boya con sus seis anclas constituyó un excelente y delicado trabajo topográfico necesario para su inclusión en las cartas marinas de navegación que fue hecho por una compañía topográfica dominicana de primerísima categoría y la excelente colaboración de los hombres rana de la Marina de Guerra dominicana.

Desde la refinería hasta el patio de tanques de Nizao, hay 28 Km. Los tanqueros atracados en la boya descargan inicialmente en esos tanques el crudo que es enviado hasta la refinería desde la estación de bombeo allí construída.

El diseño inicial por Japan Gasoline de ese oleoducto no era satisfactorio y debió ser encargado otro a Pipe Line Tecnologists Ltd. La construcción la realizó Rivaco, una compañía venezolana que trabajaba muy a menudo para Shell en la Refinería de Cardón, Venezuela. Pero se necesitaba obtener el derecho de paso que además indicara las justas indemnizaciones que el Estado dominicano debía pagar a los campesinos propietarios de las tierras y matas afectadas por el trazado. Como anécdota, para dar rapidez a la obtención de dicho derecho me ví obligado a escribir el borrador del decreto que en compañía de José Miniños llevé al Asesor Jurídico de la Presidencia para su revisión y sometimiento a la firma del Presidente, la cual se obtuvo en 48 horas.

En noviembre del año 1971, nos vimos obligados a rechazar el defectuoso revestimiento de la tubería submarina de aproximadamente 2.5 Km de longitud que une la boya con tierra lo cual creó muchos problemas hasta que el nuevo revestimiento estuvo listo permitiendo la instalación a tiempo de la tubería submarina.

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