En el año 1967 mi familia se mudó al Ensanche Julieta. También vivían en dicho Ensanche las familias Bancalari-Brugal; Estrella-Pérez,  Avilés-Fondeur, Álvarez-Viña, Herrera-Pool, Nouel-Arvelo, Victoria-Nin, Caamaño, Luciano-Corominas, Luciano-Arvelo, Feria-Hernández, Garrigó–Lefeld, Lozada-Martínez, entre otras. Siempre hubo (y se mantiene todavía) un ambiente de franca amistad entre todas aquellas familias junto a nuestros hijos e hijas. Desgraciadamente un día ocurrió un doloroso accidente en el Ensanche el cual, en apretada síntesis, narro aquí y ahora.

En efecto, los niños Alex Lozada y Rafael Feria (Fefey), un día jugaban en el jardín de la casa de este último en una pileta bañadera de patos que en su interior, además de lamas, tenía pequeñas piedras las cuales se las tiraban uno a otro sin intención de lastimarse. Luego se presentó al lugar otro niño, Pedro Castillo Lefeld (Perucho), quien también se integró al juego de lanzarse pequeñas piedras por encima de cada uno de ellos; una  piedra, tirada por Perucho, se le resbaló y le dio en la cabeza a Fefey produciéndole una pequeña herida. Frente al hecho llamaron  al Papá de Fefey, el Ing. Rafael Feria,  quien  lo llevó a un Centro Médico donde el niño fue curado y retornado a su casa. Con posterioridad la salud de Fefey se complicó y los esfuerzos médicos resultaron negativos, falleciendo días después.

Hago esta narración para hacer honor a la verdad. El accidente que describo no fue un acto premeditado; fue el resultado de un juego entre tres niños amigos; dos de 13 años (Alex y Perucho);  y uno de 11 años (Fefey). Cualquier versión, sea expuesta en libro, radio, televisión o cualquier otro medio, que difiera, en esencia, con lo aquí expresado, sostengo que no se corresponde con la verdad y por tanto dicha versión  debe ser rechazada por todos los que conocimos los pormenores de este doloroso accidente  en el Ensanche Julieta.