Recuperación económica global en sopa de letras

Recuperación económica global en sopa de letras

A diferencia de décadas anteriores, cuando se produjeron turbulencias financieras globales, la actual crisis encontró una América Latina y el Caribe (ALC) con fundamentos económicos sólidos (baja inflación, con superávits externos y fiscales, con sistemas bancarios fuertes, niveles aceptables de liquidez internacional y regímenes cambiarios flexibles).

Esos fundamentos económicos hicieron posible que los gobiernos de ALC respondieran con políticas monetarias y fiscales contracíclicas con el objetivo de “suavizar” las repercusiones de los choques externos adversos. Esta es una diferencia con situaciones anteriores de turbulencia financiera, en la que los países reaccionaron con políticas procíclicas (aumento de tasas de interés y ajustes fiscales) como respuesta al  empeoramiento de la coyuntura económica internacional.

Con la combinación de los fundamentos económicos y la aplicación de  políticas contracíclicas, ALC y la República Dominicana (RD) han ganado el “primer round” a la crisis, a pesar de tener varios canales macroeconómicos de transmisión desde su epicentro en Estados Unidos: la contracción de la demanda externa, restricciones al financiamiento externo, reducción de la Inversión Extranjera Directa (IED) y de las remesas y, finalmente, del bajo nivel registrado en la actividad turística.

Como resultado de la crisis ALC creció un 1.9% y la RD un 3.5% en 2009, luego de que esta última tuviera un crecimiento promedio de 8.4% en el últimos 4 años. La CEPAL estima que ALC cerrará el año 2010 con un crecimiento de  6%   y  la RD un 7%, aunque en el “Informe Preliminar de la Economía Dominicana 2010 y perspectivas para el 2011” del Banco Central prevé un crecimiento de 7.8%, superior al de la región.

Los anteriores datos vislumbran una incipiente recuperación económica que  continuará en el 2011, con menores tasas (4.2%-ALC y 5%-RD)  lo cual muestra que la reactivación económica empieza a tomar impulso.

 Aún persiste  la incertidumbre del nivel de actividad en la economía estadounidense y europea, en lo que al proceso de recuperación se refiere.

Con relación a los Estados Unidos, los expertos citan las elevadas tasas de desempleo y el estado en que se encuentra el sector inmobiliario como evidentes amenazas a ese proceso de recuperación y con respecto a Europa  todavía preocupa la persistencia de sus altos déficits presupuestarios y del monto de sus deudas sobre sus respectivos PIB.

En el caso de los países latinoamericanos, más concretamente con los que tenemos Acuerdos de Libre Comercio (DR-CAFTA y CARICOM), si bien estos han adoptado medidas anticíclicas con miras a amortiguar los impactos de dicha crisis, sus procesos de recuperación son heterogéneos.

Lo anterior se constata con las diferentes modalidades de desarrollo y expansión  que han asumido en los diferentes países del área, la tasa de crecimiento anual del PIB.

Para una mayor ilustración de esta tendencia, nos permitimos hacer uso de las letras “U”, “V”, y “L”. Cada una de ellas representan los siguientes escenarios:

U: caída muy profunda y recuperación lenta,

V: caída y recuperación rápida,

L: caída profunda, estacionalidad, recesión y deflación.

Estos escenarios aparecen en el informe “Dilemas de la política económica en tiempos sin precedentes: Cómo enfrentar la crisis global en América Latina y el Caribe”, elaborado en el 2009, por Alejandro Izquierdo y Ernesto Talvi.

Adicionalmente, Joseph Stiglitz ha propuesto la letra “W” como un escenario de recaída (1ra. caída – frágil recuperación – 2da. caída pérdida del crecimiento alcanzado = continuación de la crisis), aún esta situación no se ha producido.

En los indicadores que se citan a continuación, reflejan comportamientos muy disímiles entre nuestros socios comerciales como respuesta a los diferentes canales de transmisión de la crisis.

Por ejemplo, se observa que de las 20 economías seleccionadas, 10 se ubican en el escenario “U”, entre las cuales se encuentra Estados Unidos y varias economías centroamericanas.

En el caso Estados Unidos reviste una importancia notable, en razón de que más del 80% de nuestras transacciones con el exterior se efectúa con dicha nación y de donde proceden los mayores volúmenes de IED.

El escenario “V” es compartido con nuestro país por Costa Rica y Panamá, con la diferencia de que nuestra economía se recupera con cierta vigorosidad debido a la confianza de nuestros agentes económicos en la ejecución de la política macroeconómica. Y finalmente, en el escenario “L” se encuentran varias economías caribeñas, en las que se destacan Barbados y Jamaica.

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