Recuperar los valores

Recuperar los valores

La Roma Imperial sucumbió hace apenas 1,500 años ante su propia descomposición social y humana, fundiéndose en un ambiente de corrupción generalizada, víctima de las luchas intestinas de un pueblo que se creyó todopoderoso y que sometió al mundo por la fuerza de las armas, al igual que el partido del Gobierno lo ha sufrido por la fuerza de los intereses personales de individuos, familias, agrupaciones, ministros o como se lo quiera llamar. En definitiva, por la prepotencia, la falta de ideología, de pensamiento, de ética y de conciencia social colectiva de sus dirigentes con responsabilidad en los órganos de administración pública en general.

No se debe tomar jamás este camino de la barbarie más absoluta y la ambición desmedida en pos de objetivos espurios porque el peso de la historia demuestra día tras día durante milenios que la razón universal de las conciencias cae a plomo tarde o temprano dictando su propia justicia. Con la sinrazón de la violencia, la esclavitud del miedo y el cómplice silencio del poder, han sido destruidos el progreso, el bienestar, las ciencias, las artes, las letras, lo público, el derecho, la justicia, la ética, la política, la moral y las ideas.

Los dictadores privados, aunque necesitan sembrar su terreno a través del “entetenimiento”, las transnacionales sin escrúpulos tienen y tendrán enfrente en esta nueva andadura histórica de la “revolución de las conciencias” a una masa ética y potencialmente fuerte conducida por la razón sin miedo capaz de asumir como estandarte de la lucha por un mundo mejor y más justo la ideología de la conciencia social colectiva, donde quepan todas las opciones de igualdad…, de género, paridad, democracia participativa…, en definitiva todos los valores que destierre el clientelismo político…, valores que ondeen a los cuatro vientos con el beneplácito que otorga la consecución de la libertad con dignidad .

En definitiva, todos los valores ayudan en su momento al cambio en favor de la construcción de un mundo mejor, que desafortunadamente suele quedar arrasado por la soberbia, la prepotencia y la ambición. No podemos consentir que esto suceda, porque nos ampara la mayor de las razones, la de alcanzar un mundo más justo, solidario y libre. La ideología de la conciencia social colectiva nos enseña fundamentalmente a conocer los valores que están siendo destruidos por la descomposición de líderes políticos, financieros y sociales durante este nuevo milenio, con el apoyo del propio sistema, por los fallos y errores de este.

Pese a ello, estos valores pueden ser recuperados por todos estos movimientos que hoy se alinean en la lucha por la igualdad, contra la marginación y la injusticia social.

Todas las cualidades que dignifican al ser humano pueden ser recuperadas si nos implicamos a través de la conciencia social colectiva en la creación de un nuevo orden nacional e internacional, otro sistema, un nuevo modelo con nuevos paradigmas que sustituyan a los que tan clamorosamente han fallado.

Junto a esta conquista, necesariamente tienen que ser erradicados y destruidos los fenómenos…, los comportamientos, la lujuria y las ideas que despojando al ser humano de su condición natural, y lo que es aún mucho más preocupante: despojando al hombre de su humanidad, asemejándolo a la irracionalidad que lo convierte en un destructor de la sociedad, del pueblo, de la nación y del propio hombre.

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