Atareados con la situación del país, vivimos cada uno de nosotros. Viendo como la clase política tradicional utiliza la administración pública como una línea de negocios personal, particular, grupal y partidaria. Tan atareados, que hemos perdido de vista que la situación nacional es la suma de todas las situaciones que nos rodean, desde nosotros hacia afuera, comenzando con nosotros mismos, con nuestra familia, nuestro hogar y el de nuestros vecinos.

Es un esquema de negocios tan perversamente diseñado que abarca todos los escalones de la administración pública, de lo nacional a lo regional y a lo local. Nosotros, en nuestro afán, quisiéramos tomar el toro por los cuernos y dar un giro a tan calamitosa situación. Pero el punto débil del toro no son precisamente los cuernos. Hemos perdido de vista que el poder que ostentan aquellos negociantes, está conformado por la suma de micro poderes locales que cada cierto tiempo colocamos en las mismas manos, esperando resultados diferentes.

Tenemos que terminar con esa práctica, irrumpir en sus espacios de poder, arrebatar los poderes locales para demostrar que una manera diferente de administrar la cosa pública es posible y que siempre lo ha sido, solo que quienes han tenido la oportunidad se han decidido por el camino fácil de apoyarse en ese poder para enriquecerse.

Los gobiernos locales, son las cuotas de poder más cercanas que tenemos, a ellos también tenemos que dirigirnos para desplazarlos, porque lo están haciendo muy mal, porque solo representan a sus propios intereses, a los intereses de sus grupos e incluso si aparece algo de suerte, a los intereses de sus partidos.

¿Algunos de ustedes saben quienes les representan en el gobierno local? Si no lo sabemos en precisamente por eso, ¡porque no nos representan a nosotros! Únicamente se representan a ellos mismos. De manera, vivimos en ciudades que están siendo saqueadas cada minuto que pasa, ante nuestros ojos.

A lo largo del territorio nacional, ayuntamientos manejan partidas presupuestarias sin ningún ápice de vergüenza, sin tomar en cuenta siquiera el bienestar de la ciudadanía. Nos sorprendería la infinidad de cosas que se pueden hacer desde esos ayuntamientos para contribuir a la seguridad ciudadana, al desarrollo de las comunidades, a la disminución de la pobreza y la desigualdad y en favor de la gente que vive en esas ciudades y las sostienen con su trabajo.

Recuperemos el poder local. Seamos síndicos y Concejales o Regidores que vayan a servir no a servirse. Que trabajen por la ciudadanía, que sean creativos, que tengan iniciativas, que piensen en que cosas podrían ser beneficiosas para las comunidades y las compartan, las impulsen y las lleven a cabo.

Podemos soñar con una ciudad administrada por gente como tú. Que  tome en cuenta al más débil de los ciudadanos para cada iniciativa, que escuche, que avance hacia el bienestar del ser humano,  que respete el medio ambiente, y sobre todo, que vea en cada centavo de la ciudad la cosa más sagrada para ponerla al servicio de las comunidades. Soñemos, pero tomemos muy en serio nuestros sueños, solo tenemos caminar hacia ese objetivo, todos juntos, recuperemos el poder local.