Red Global de aprendizaje para el desarrollo

Red Global de aprendizaje para el desarrollo

POR AMÉRICA GRAU
Hace cinco años que empezó la historia de la Red Global de Aprendizaje para el Desarrollo – GDLN. El 21 de junio del  año 2000, en la sede del Instituto del Banco Mundial, se realizó el evento de lanzamiento de GDLN, conectando a 14 nuevos centros GDLN alrededor del mundo, y contando con la participación de jefes de Estado, oficiales de alto rango de gobierno y el entonces presidente del Banco Mundial, James D. Wolfensohn. En Africa, hubo centros en Ghana, Tanzania, Uganda, Senegal, Costa de Marfil, Benin y Etiopia; en Asia Oriental y el Pacífico, hubo centros en Singapur, Tailandia y China; en Europa, hubo centros en Francia y España.

En América Latina y el Caribe se contó con un centro en la República Dominicana y otro en Bolivia, con una fuerte participación de organismos del sector público y con infraestructura de comunicaciones provista por el Banco Mundial.

El contenido ofrecido a través de GDLN en América Latina y el Caribe (LAC) inicialmente provenía del Instituto del Banco Mundial y se ofrecía a través de conferencias virtuales a través de videoconferencias tituladas diálogos globales.

GDLN fue gradualmente evolucionando hacia un modelo basado en la búsqueda de centros de aprendizaje existentes en universidades, aprovechando las capacidades en la región. En estas, se ubicó la infraestructura tecnológica que permitiese expandir el alcance de sus actividades, el contexto de operaciones de las cuales estaba internacionalizándose, con una creciente importancia de la educación continuada y a distancia. Dentro de cada país, los centros han creado redes nacionales con distintas instituciones, convirtiéndose de este modo GDLN LAC como una red de redes, alcanzando una estrecha colaboración con las principales universidades de la región, proveyendo un contenido muy rico y variado a la red alrededor de temas de desarrollo económico y social.

Al mismo tiempo, la red de redes ha permitido establecer canales de múltiples vías de comunicación entre el Banco Mundial, las universidades de la región, la sociedad civil, organismos internacionales operando en la región y los gobiernos. Hoy, este modelo respaldado en el aprovechamiento de las capacidades de la región.

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