Redes trata de mujeres operan bajo la sombra de complicidades

Redes trata de mujeres operan bajo la sombra de complicidades

Las conexiones familiares, los nexos políticos y el poder económico son el trípode que sustenta con firmeza a las redes de trata de mujeres con fines de explotación sexual, lo que ha permitido que sus operaciones en República Dominicana estén prácticamente normatizadas en determinadas poblaciones, y que el silencio cómplice las cubra con el manto de la impunidad.

Los testimonios de mujeres sobrevivientes de explotación sexual en Suiza, España y Costa Rica apuntan hacia una madeja de complicidades de los organizadores de viajes con autoridades políticas de sus comunidades de origen, por lo que pocos se atreven a denunciar sus acciones delictivas.

Pero en ese entramado hay otros nudos quizás más fuertes: los vínculos familiares y de amistad, pues uno de los modos de captación es a través de padres, madres, tías, hermanas, primas y amigas radicados en los países de destino de explotación sexual, quienes hacen las propuestas, muchas veces disfrazadas de contratos de trabajo en bares, restaurantes, asilos, salones de belleza o comercios.

Al parecer, el engaño es la herramienta principal que utilizan esas mafias para conquistar a sus futuras víctimas, aunque parezca que ellas acceden de forma voluntaria.

Esa radiografía de la explotación sexual está expresada en el estudio “Trata de Mujeres Dominicanas en Costa Rica, Suiza y España”, realizado por Tahira Vargas, Katia Núñez y Rosa Beltrán, con los auspicios del Instituto Nacional de Migración de la República Dominicana, la Unión Europea y el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).

En el estudio cualitativo participaron investigadoras de Costa Rica, Suiza y España, y un grupo local dirigido por el Equipo Vargas de Investigación Social, que se desplazó por comunidades rurales y urbanas marginales de 13 provincias del país.

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Perfil delictivo Costa Rica

En la investigación se trataron por separado los perfiles de los involucrados en la trata de mujeres en Costa Rica, España y Suiza.

En los testimonios recogidos subyace, en el caso particular de la explotación sexual de dominicanas en Costa Rica, la mención de una “señora” que organiza los viajes, y a quien las mujeres les llevan sus actas de nacimiento para la solicitud de pasaportes.

“Uno de los hombres que forma parte del equipo de la señora, lleva a las jóvenes a Santo Domingo para depositar los pasaportes en la embajada de Panamá.

“Luego las lleva a un apartamento de la señora´ en Santo Domingo, a esperar que salga la visa. Las trasladan a la embajada de Panamá a recoger sus pasaportes y luego las conducen a sus hogares en los respectivos pueblos”, se señala en el estudio.

De acuerdo con las versiones recogidas, la “señora” que organiza los viajes es dueña de apartamentos, hoteles y pensiones en Santo Domingo, Panamá, Costa Rica y Nicaragua, y “está conectada con una red de trata que funciona desde la década de los 90, y en la que hay hombres costarricenses, nicaragüenses, dominicanos y colombianos”.

Modus operandi en Suiza

Los mecanismos utilizados por las redes de tráfico de mujeres que operan en Suiza no son distintos a los coexistente en Costa Rica y España.

Sin embargo, en este país hay algunas particularidades vinculadas con contratos de trabajo y matrimonios.

“En la trata de dominicanas en Suiza se encuentran redes para explotación sexual a partir del manejo de contratos´ y aquellas que se tejen desde la estrategia del enamoramiento´ de los turistas suizos y europeos que llegan a República Dominicana. En estas últimas se mezclan la trata para explotación sexual y la trata para matrimonio servil-forzoso”, se establece en la investigación.

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Sin diferencias en España

La trata de mujeres dominicanas hacia España tiene las mismas características que implementan las redes con destino a Costa Rica y Suiza: vínculos familiares e informales.

Pero los autores del estudio señalan que, en los relatos de organizaciones no gubernamentales y de sobrevivientes de trata “se muestran los patrones de vínculos entre tráfico ilícito y trata en distintas modalidades: explotación sexual, explotación laboral y servidumbre doméstica”.

El paso de víctimas a organizadoras de viajes

En la investigación se pudo constatar que, mujeres sobrevivientes de explotación sexual decidieron mantenerse en ese entramado ilícito, pero en un nivel superior: la captación de mujeres, organización de viajes y traslado a los lugares de destino.

“Sus relaciones primarias con sus tratantes favorecen su inserción en las referidas redes, porque no identifican a las personas tratantes como tales, sino como personas (que muchas veces son familiares o amistades) que las ayudaron´ a llegar a los diferentes países. Esta relación de reciprocidad, de `favor´, diluye la criminalidad y dificulta la denuncia y la persecución de la red”, según se señala en la investigación.