Reducción de redundancia

Reducción de redundancia

Estudios de la relación de los ojos de un sapo y su cerebro han permitido al neurobiólogo Horace Barlow, nieto de Sir Horace Darwin, hijo más joven de Charles Darwin, todos parte del distinguido linaje de la universidad de Cambridge, Inglaterra, proponer el principio de la “reducción de redundancia”, que suena como un traba lenguas. Este mecanismo resulta muy interesante porque es la forma de un cuerpo animal reducir la inmensa cantidad de información que capta mediante sus ojos y además, se me antoja, es una fantástica enseñanza de una forma de ver el “bosque a través de las ramas”, quedarse enredado en las ramas. Aplicarlo a situaciones comunes el principio es utilísimo.

Empecemos por definir redundancia. Claude Shannon inventor de la teoría de la información, dice que es: “una especie del inverso de la información”. Es decir, es información que no aporta nada nuevo, que no varía la idea que teníamos con los datos previos a ella, algo así como una cantinflada. Nos deja en el mismo sitio, si habíamos entendido, sabemos de lo que se trataba pero si no, seguimos en babias. Si a algún lector se le ocurriera pensar que tiene alguna semejanza con el lenguaje diplomático; probablemente no estén lejos de la verdad.

La retina de un sapo, como la nuestra, tiene numerosos pixels, cada uno capta las imágenes que les llegan y la transmiten al cerebro. Suponga que cada imagen ocupa una “neurona abuela”, neurona porque reconoce la abuela del investigador; el punto es que no hay una sola “abuela” sino incontables neuronas que pueden reconocer imágenes de distintas cosas: lápices, carros, otras caras, etc. Si esto fuera así, puesto que hay millardos de neuronas, habría ese número de imágenes en el cerebro y las posibles combinaciones (teoría combinatoria) de imágenes en él, sería mayor que el número de átomos en el universo, una cantidad inmanejable por cualquier ser vivo. Ese razonamiento llevó a Richard Dackins a proponer, en 1961, la teoría: Redundancy Reduction and Pattern Recognition (Reducción de Redundancia y Reconocimiento de Patrones). El número infinito de combinaciones, generaría, en consecuencia, una gran confusión que para descifrarla, en todo caso, se necesitaría algún mecanismo para elegir la combinación más adecuada o la más significativa a la ocasión. Barlow postula que ese mecanismo consiste que en todas las etapas y a lo largo de la trayectoria sensitiva del ser vivo, se elimina la masiva redundancia. Así en vez de que se generen billones de imágenes en las neuronas y tener el conflicto explicado antes, sólo se producen las “fundamentales” y se re-registran solamente cuando se producen variaciones. Digamos que es como si tocáramos una barra caliente con la mano derecha, no necesitamos tocarla también con la izquierda para saber que está caliente: reducción de redundancia.

El párrafo precedente explica cómo se producen enormes economías en la información que nos bombardea constantemente, lo que nos ayuda a manejarlas adecuadamente. Este concepto es significativo en la vida práctica pues se trata de extraer la esencia del problema: el “quid” del asunto. Es no andarse por las ramas y distraerse en minucias, primer paso para resolver problemas.

Aplicado a la vida diaria, es probablemente, la diferencia entre el éxito y el fracaso; yendo un poco más allá es lo que marca la ruta de la excelencia y lo que convierte en maestros de una profesión a ciertas personas que logran una visión, conocimiento, profundo de sus intríngulis y van directamente a la raíz.

Cada profesión tiene sus complejidades; supongamos un serio problema médico, de ingeniería o de cualquier otra profesión. La enfermedad o falla física, por ejemplo: el crecimiento de la superficie del agua del lago Enriquillo, seguramente se nos presenta rodeada o envuelta de/en numerosos síntomas, señales, manifestaciones que confunden al menos avispado. A menos que el problema sea evidente o se ponga de manifiesto en un simple análisis. Cuando este no es el caso, el profesional tiene que sortearlos y decidir cuál es el síntoma dominante y qué camino señala: reducción de redundancia. Lo mismo resulta para las situaciones donde en lugar de resolver un problema, se trata de lograr un objetivo.

Permítaseme sugerir que el problema de países como el nuestro tiene una similaridad con la redundancia. Tal es la cantidad de problemas que tenemos, de hecho ya he escrito antes que no hay una sola área nacional, organización, grupo social o económico, manejo de recursos, etc., que esté funcionando bien. En estas condiciones de problemas sobre problemas, los requerimientos son innumerables; la tendencia es a atenderlos todos de forma proporcional si se tiene alguna luz. A mi juicio, este es el camino para no resolver ninguno definitivamente, lo que propongo es, descargar la gran mayoría de los recursos en los problemas dominantes y atender los demás en menor medida. Resueltos los dominantes, muchos menores quedarán resueltos o en vías de solución.

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