Reducir el impacto alcista sobre productos de primera necesidad. La invasión rusa que masacra a Ucrania y ha traído bloqueos comerciales que encarecerán aún más productos terminados y materias primas, obliga a las autoridades dominicanas a intensificar medidas de protección a los consumidores con particular atención a los segmentos de menores ingresos incluyendo la clase media baja que forma parte de la pobreza general, no extrema, pero menos asistida y más pagadora de impuestos.
Las exenciones fiscales, subsidios de alimentos y auxilios económicos directos a familias vulnerables están dirigidos a mitigar precariedades dejando fuera inevitablemente una importante proporción de ciudadanos por las limitaciones de logística y de recursos de un Estado llevado a previos gastos extremos.
El subempleo y la informalidad (la que peor remunera) en que se sitúa la mayoría de quienes generan ingresos en este país, rondando el 40% de los ciudadanos en edad económicamente activa, escapan al asistencialismo.
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Haría falta entonces contraponerse a los riesgos de que a las repercusiones de costos elevados devenidos de la crisis global se agreguen pretensiones de aumentar márgenes de beneficios en los ámbitos de producción y venta de artículos de primera necesidad.
Reconociendo esa posibilidad, el Gobierno se ha movido persuasivamente sobre núcleos económicos y ha hecho concesiones importantes para que las ingratas consecuencias de las agresiones a Ucrania no sean agravadas internamente por ningún exceso de sectores particulares.