La intención de Evo Morales de buscar un nuevo mandato presidencial hasta 2025 desata una lucha sin cuartel en Bolivia, con un oficialismo que anuncia respaldo público a su líder y una oposición que denuncia en las calles una amenaza a la democracia.
El gobernante izquierdista, en el poder desde 2006, ya revalidó el cargo en los períodos 2010-2015 y 2015-2020, con sendas victorias en las urnas. Ha señalado varias veces en el último tiempo que «este proceso (político) es un camino sin retorno, nunca va a parar. Hemos llegado para quedarnos toda la vida».
Las dos últimas reelecciones del gobernante requirieron de una modificación de la Constitución y una interpretación legal. Para este cuarto mandato, el oficialismo contempla cuatro caminos. El primero, acaban de aplicarlo: una consulta recientemente admitida a trámite ante el Tribunal Constitucional (TC) para invalidar artículos de la Carta Magna que impiden la reelección.