Reflejos dorados

Reflejos dorados

No haga que la pereza se adueñe de su hogar y recuerde que una de las ilusiones que tenía de niño era colocar adornos por la casa que recordaran que nos adentrábamos en una época especial, llena de sorpresas.

Este año la apuesta es vestir la casa de reflejos dorados. Cintas, bolas, velas o estrellas son algunas de las opciones que se presentan a su alcance.

Deje que el oro tome su hogar mientras el friíto del  invierno se queda al otro lado de la puerta. El resplandor delos candelabros y la iluminación indirecta de lámparas accesorias, que eliminan la fuerza de la luz principal, son el aliado perfecto para potenciar las irisaciones doradas.

Si la luz del sol entra sin remilgos por sus ventanas el día resultará más vistoso que cualquier otro cuando sobre las paredes reboten las imágenes de oro de sus adornos.

EN LA MESA

La firma Ikea propone preciosos candelabros dorados para vestir las mesas. La tradición manda  cenas  más clásicas a la hora de colocar este tipo de adornos, pero no limite sus posibilidades, y consiga con otros sencillos complementos que sus invitados sientan la Navidad como propia.

Observe las posibilidades que le ofrece el mercado y verá que no hace falta que se incline por los más suntuosos para causar efecto.

Si tiene la suerte de disponer de ellos en casa, tenga en cuenta que una papelería a mano puede sacarle del apuro. Forre con papel dorado los que guarda en el armario, rodee el candelabro en espiral de forma que el papel quede arrugado, ofrecerá así un aire antiguo.  

Las velas son un elemento tan decorativo para la noche como para el día. Los almuerzos con velas confieren un ambiente cálido y encantador.

Portavelas dorados que se intensifican con el fuego, bolas que se encienden como si hubiéramos trasladado los detalles del árbol al centro mismo de la visión de los comensales, son magníficas posibilidades.

Los diseños de hogar de Bo Concept aportan recipientes dorados en los que presentar los postres o frutos secos.

ÁRBOL DE ORO

Las hojas verdes del tradicional árbol de Navidad se visten de fiesta. Lujo y brillos dorados surgen de cada una de las ramas gracias a una decoración en la que prima el fulgor de días de felicidad y armonía.

Las estrellas de hilos de oro con incrustaciones de perlas o “paillettes” (lentejuelas) que aumentan los reflejos  son algunas de las nuevas aportaciones.

Evite caer en la exageración, el dorado gusta, pero no recargue el ambiente con un tono que se asocia a la ostentación. Se trata de ser exquisito sin excederse.

Las cintas del árbol han dado paso a cadenas que sinuosas se descuelgan de rama en rama. Haga que los niños participen de la decoración, sus manualidades además de ser una excelente aportación son también económicas.

El fuego rojo de un corazón se ha transformado en un suave dorado, pero de intenso brillo que se cuelga no sólo en el árbol, sino en la parte superior de la ventana, de forma que se decora el interior con vistas al exterior.

Dulces angelitos reposan sobre mesas auxiliares mientras simulan leer una partitura y cantar con voz celestial.

Disfrute de una Navidad en la que el incienso y la mirra son complementos de los destellos de oro.

Este año la apuesta es vestir la casa de reflejos dorados. Cintas, bolas, velas o estrellas son algunas de las opciones que se presentan a su alcance.

— Las estrellas de hilos de oro con incrustaciones de perlas o  lentejuelas que aumentan los reflejos son uno de los nuevos aportes.

— El fuego rojo de un corazón se ha transformado en un suave dorado, pero de intenso brillo.

EFE/ Reportajes

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