Reflexión sobre trato ecológico de nuestro entorno

<p>Reflexión sobre trato ecológico de nuestro entorno</p>

TELÉSFORO ISAAC
En el Génesis, primer libro de la Santa Biblia, está el porqué del trato sobre la ecología de nuestro ambiente. Se señala la responsabilidad de respetar y equilibrar el medio ambiente y se explica la razón de una especial relación entre los seres humanos, así como los organismos, las plantas, aves, animales, fuentes de agua, ríos, lagos, mares y océanos.

El relato de la intención de Dios desde la aparición de los -homo sapiens-, nos dice: “cuando Dios creó a los seres humanos, los creó parecido a sí mismo, hombre y mujer los creó; les dio su bendición” y les dio el siguiente encargo de mayordomía: “Dominen a los peces y a las aves y a todos los animales que se arrastran”. (Génesis 1: 27-28)

La potestad dada al ser humano para dominar sobre aspectos importantes de las especies le hace asistente, colaborador en la creación y en la preservación de sus congéneres, así como de la misma naturaleza, o sea “el conjunto, orden y disposición de todo lo que compone el universo”.

El ser humano, el animal racional parecido a Dios fue hecho mayordomo, por tanto es copartícipe con el Creador en el mantenimiento y equilibrio de todo lo existente en el mundo  material y animal. Contrae deberes y tiene encargo, responsabilidad y serio compromiso que cumplir. Es conveniente estar en buenas relaciones equilibradas y ajustadas entre lo que existe en el globo terráqueo para así usufructuar de las mejores ventajas en el medio que les toca vivir.

El mayordomo del mundo se ve en la obligación de ejecutar con justicia su potestad de dominar la vida biológica, acuífera, avícola, animalaje, terrícola y atmosférica, porque él podría ser el más perjudicado sino cumple cabalmente y con inteligencia, el deber que le incumbe desde la creación del mundo.

Al destruir indiscriminadamente los sembrados en un territorio, deforestar los bosques, desertar los prados se propicia la erosión, se secan los manantiales y las fuentes de ríos. El resultado es la desaparición de la agricultura, la huida o muerte del ganado, de las aves, de otros seres vivientes y la pérdida de la fuente de sustento alimenticio, tanto del reino animal como de los seres humanos.

A causa de ignorancia, bajo nivel cultural, tabúes ancestrales, fundamentalismo religioso, inercia consuetudinaria, e indolencia, algunos se escudan en defender los derechos humanos, ni tampoco claman ni se involucran en actividades cívicas, políticas o de presiones para demandar justicia y trato adecuado al medio ambiente, mejoramiento y bienestar social. A algunos cristianos se les oye decir que Jesús ha dicho: “No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir…”, “pongan toda su atención en el reino de Dios… cada día tiene bastante con sus propios problemas”. (Mateo 6:33-34).

Si se toma en consideración y se practica literalmente esta enseñanza del maestro Jesús, será malinterpretar al Cristo que libera y salva. Actuar de esta manera desvirtúa el propósito del Evangelio del Maestro de Galilea quien dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Juan 10:10).

Todos debemos clamar, presionar y exigir por el continuo interés, desenvolvimiento y aprestos de los habitantes de esta tierra, en especial a los funcionarios encargados del mejoramiento ecológico. Si, porque se entiende que la vida eterna comienza aquí y ahora, por tanto, debemos ocuparnos de todo lo que afecta al género humano, al reino animal, y al medio ambiente en general.

Debemos ocuparnos por conservar los recursos naturales, cuidándolos con sabiduría y reverencia como verdaderos colaboradores de la creación, como mayordomos responsabilizados del dominio sobre la tierra.

Es deber de gobernantes y gobernados, de fieles cristianos, de todos los que son de buena voluntad y sensibilidad de corazón, comprender el propósito de Dios para el género humano y emplear la sabiduría, la determinación al proveer el mejor y mayor cuidado para disfrutar en el presente lo que el Creador nos ha dado y asegurar en el futuro el fructífero beneficio para los que vendrán después.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas