La recién graduada doctora Lina García de Blasco, presidenta de la Asociación de Industriales de la Región Norte (AIREN), pronunció el principal discurso en los actos con que la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) celebró su 82 graduación, puntualizando su preocupación por el deterioro social que percibe en la sociedad dominicana.

«La realidad social en que vivimos, es que estamos enfrentando crisis económica, inversión de valores, deterioro institucional, deterioro del ecosistema y falta de seguridad ciudadana. Todo lo anterior se traduce en pérdida de confianza», denunció con meridiana propiedad la graduanda.

Ante sus 891 graduandos y el plenario de la cúpula católica, la señora García de Blasco fustigó el crecimiento de la pobreza y el analfabetismo, que categorizó, se yerguen como los principales valladares que conspiran contra el desarrollo.

Impera un difuso y compartido temor ante el auge delicuencial, el narcotráfico y la modalidad terrífica del sicariato, que tiene sus puntales referenciales ominosos en la capital del país y en Santiago de los Caballeros, en esta última, donde la inmensa mayoría prefiere guarecerse en sus hogares desde que el sol se oculta.

La más reciente como traumática víctima del sicariato ha sido el doctor Jordi Veras, hijo de nuestro viejo amigo y condiscípulo de aula en la UASD doctor Ramón Antonio Veras (Negro), agredido de dos balazos que por poco le cuesta la vida, y por cuya pronta y total recuperación oramos a diario.

La crisis de valores que embarga a la sociedad dominicana está íntimamente vinculada al permisivismo oficial, a jueces venales que venden sentencias o se apichonan frente al poder del narco, y una descomposición ética por ausencia de predicamento hogareño.

Así no vamos bien y obligatoriamente debemos y tenemos que corregir el rumbo.