El arte abstracto impulsa en su estética una construcción de representaciones simbólicas diferenciadas de la realidad concreta, pero utilizando figuras y objetos de ella. Lo abstracto crea su propio mundo de interpretaciones y deja a la libertad del observador de la obra su interpretación de la belleza de esta.
El pasado jueves seis de mayo en la Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente del Distrito Nacional se celebró una jornada más de la audiencia sobre medidas de coerción del llamado caso Coral.
Lo que pudo ser una jornada normal en materia de procedimiento judicial, se convirtió de repente en un impresionante lienzo abstracto, pintado con magistral elocuencia por el mayor Raúl Alejandro Girón del Ejército Nacional, a través del cual mostró al país frente a las cámaras de televisión, todos los matices de colores y figuras con los cuales un sector de la élite militar dominicana construyó grandes fortunas durante los gobiernos del expresidente Medina.
Si bien lo pintado por el mayor Girón no es nada nuevo, ni es una práctica de un solo gobierno ni tampoco es el caso de corrupción militar o civil de mayor complejidad o impacto económico, si representa en términos mediáticos y políticos un hito histórico que será recordado como referencia cuando le toque a los historiadores del futuro hablar sobre las primeras dos décadas del siglo XXI en nuestro país.
Girón, el militar-pintor abstracto, ha dibujado un peculiar desnudo, parece mostrar un cuerpo expuesto en toda su epidermis, pero en realidad lo que el ahora famoso “artista del canto” nos ha pintado es una obra maestra de la complicidad, el fraude, el colorido del tigueraje con armas y uniforme y sobre todas las cosas nos ha hecho un grandísimo favor, en una parte del cuadro en cuestión nos ha pintado a todos los dominicanos y dominicanas con magistralidad de un consagrado.
¿Saben cómo se llama el cuadro de Girón, el pintor de lo abstracto?
“Los Militares de Dios, La Pastora y el Rebaño de Pendejos”
Oremos todos… Amén.