Uno es un administrador de lo que dice que tiene. Eso se queda y uno se va y viene otro a administrarlo después”. Certero juicio de uno de los empresarios más importantes del país, quien a través de sus hechos, vía las fundaciones que patrocina, da cátedra de desprendimiento y en su trato personal muestra una sencillez que lo hace asequible al más humilde de los trabajadores de sus múltiples empresas.

Me refiero a José Luis -Pepín- Corripio quien además de pensar así ha inculcado a sus hijos esa visión de la vida con muy buenos resultados.

Pero el tema no es esa distinguida familia, sino que usé la cita que sirve de prefacio a esta entrega, en momentos en que las ambiciones desmedidas por los bienes materiales, llevan a tantas personas importantes y poderosas, a la cárcel y al escarnio público.

Considero lógico el deseo de superación de toda persona que trabaje y se capacite para el progreso, pero de ahí a querer convertirse en multimillonarios de la noche a la mañana sobre la base del dolo hay un gran trecho.