Reflexiones sin desperdicios

Reflexiones sin desperdicios

El Viernes Santo, con las reflexiones sobre las Siete Palabras pronunciadas por Jesús en la cruz, la Iglesia Católica ha renovado sus advertencias sobre los males que aquejan a nuestra sociedad.

No hay desperdicios en esas observaciones sobre la corrupción, la inequidad judicial, delincuencia, inseguridad, paternidad irresponsable,  insuficiente inversión para educación, el papel de los medios de comunicación, los tecnicismos engañosos de los contratos que se suscriben para algunos servicios, el bullicio y la corrupción en torno a los colmadones y muchos otros males que acorralan a la población dominicana.

Avalada en su autoridad moral, la Iglesia Católica también critica el auge de las drogas y todo lo malo que orbita en torno a ese negocio. Ha criticado también la actitud de algunas Administradoras de Riesgos de Salud, que regatean servicios a los asegurados, sobre todo a aquellos con enfermedades catastróficas. Censura la falta de protección para la ancianidad desvalida, que queda sin amparo a pesar de haberse pasado una vida pagando impuestos.

La Iglesia censura la apatía de las autoridades ante el auge de la delincuencia y la creciente inseguridad que afecta a los ciudadanos.

Son reflexiones sin desperdicio para una sociedad que necesita hacer muchos ajustes en beneficio de la gente.

Lecciones desgarradoras

En tres fechas de este mes, menores de edad han manipulado armas y en  dos de los casos ha habido pérdida de vidas y evidencia de descuido de  los adultos portadores de las armas. El día 4,  un estudiante de 17 años intentó matar a tiros a un compañero de estudios en el colegio El Paraíso, de San Cristóbal; En esa misma ciudad, el día 9, el capitán de la Policía Geraldo Mateo murió al ser alcanzado por un disparo de su propia pistola, que era  manipulada por su hijo de  9 años de edad. Y en San Pedro de Macorís, una niña de 10 años murió por un disparo accidental hecho por  su hermanita de 12 años, que manipulaba un revólver.

En los dos casos luctuosos, los adultos incurrieron en el descuido de dejar armas al alcance de menores de edad. Son hechos  desgarradores que deben ilustrar sobre la enorme responsabilidad que implica portar un arma de fuego. Una terrible lección.

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