Reflexiones sobre el pensamiento económico de Juan Bosch

Reflexiones sobre el pensamiento económico de Juan Bosch

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1. El compañero Felucho Jiménez escribió un libro titulado Como fue el gobierno de Juan Bosch y el mismo termina con una entrevista hecha al ex presidente dominicano en la cual se  le pregunta si había o no correspondencia entre lo que su gobierno se proponía hacer a partir de 1963 y el grado de desarrollo alcanzado, hasta ese momento, por la sociedad dominicana. A esa pregunta Bosch respondió, entre otras cosas, lo siguiente: “Tú última pregunta me parece, desde el punto de vista político, la más importante. Yo era consciente del escaso desarrollo económico, y por tanto, social del pueblo dominicano, agravado por el atraso político en que lo había sumido la implacable tiranía trujillista; era consciente por lo que dije antes en esta entrevista: porque yo me incorporaba a las sociedades en cuyos senos viví durante mis años de exilio, y vivía en ellas muy atento a todo lo que significaba algún tipo de avance económico, social y político de esas sociedades, de manera que al llegar al país, y digo el mismo día de  mi llegada, desde que llegué al aeropuerto, y más aun desde que crucé el puente en camino hacia la Capital, me di cuenta de que el pueblo dominicano se hallaba en un estado de miseria general alarmante”.

2. Luego de explicar su llegada al local del PRD en la calle El Conde y la manera como terminó el discurso que le dirigió radiofónicamente a los dominicanos, Bosch agregó lo siguiente “Al salir del local del PRD me dirigí a la casa de mi hermana Josefina, que vivía y sigue viviendo hoy en una casa de madera en la calle Polvorín, y el automóvil que me llevaba bajó por la calle del Conde, que vista desde el ángulo del observador de la realidad económico social era un cementerio: casas con las puertas cerradas y casas de comercio en las que no se veía una sola persona que estuviera comprando algo; pero ni eso ni el espectáculo de miseria que vi en el trayecto del puente sobre el río Ozama al parque Colón me sorprendieron. Yo esperaba que la situación del país fuera como la estaba viendo, y eso mismo confirmaba mi posición, que consistía en mantener el criterio de que la República Dominicana necesitaba un gobierno que echara las bases de un desarrollo económico tal como lo habían tenido Cuba, Costa Rica, México, Venezuela, Chile, países en los cuales viví durante mi exilio”.

3. Inmediatamente después de afirmar que Trujillo, con el control monopólico que tenía de una serie de empresa, había impedido el desarrollo capitalista del país, Bosch expresó: “Antes aun de pasar a desempeñar la presidencia de la República yo calculaba que el país iba a necesitar de 12 a 20 años para echar las bases de una economía que lo llevara a compararse con la Costa Rica de 1960 ó la Cuba de 1940; pero nunca pensé en ser yo quien gobernara durante esos 12 ó 20 años, y la demostración de lo que acabo de decir está en el hecho de que la Constitución de 1963 prohibía tajantemente la reelección”.

4. Es bueno recordar el país que encontró Bosch en 1962. La población dominicana apenas llegaba a los 3.4 millones de personas, con un Producto Interno Bruto per cápita de 1,394 dólares internacionales medido en Paridad de Poder de Compra. Solo superábamos a Haití en ese indicador. El grueso de la población vivía en el campo. Todavía en 1970, más del 60% de la población era rural. La esperanza de vida de los dominicanos era de apenas 50 años y más del 35% de la población era analfabeta. El país no contaba con técnicos en el área de la agronomía, de la ingeniería eléctrica, mecánica, química; no contaba con buenos economistas, etc., profesiones estrechamente vinculadas al desarrollo económico de los países. El país se encontraba polarizado entre los tutumpotes y los hijos de machepa. No era posible hablar de la existencia de una importante clase media en esos momentos. Es Bosch, quien en su gobierno envía centenares de jóvenes dominicanos a estudiar las profesiones que el país necesitaba para su desarrollo. Una gran parte de esos jóvenes se graduaron y fueron la base para luego generalizar esas profesiones en las diferentes universidades dominicanas.

5. Luego del derrocamiento de su gobierno y de los acontecimientos que desembocaron en la intervención militar norteamericana, que se hizo con el propósito de impedir el retorno de su gobierno, Bosch comenzó a darse cuenta sobre la dificultad de lograr construir un régimen democrático, al estilo occidental, en una sociedad pobre como la República Dominicana. Esta situación se agravaba en el contexto de la confrontación bipolar que se vivía en esos momentos entre los Estados Unidos y la Unión Soviética que colocaba, por parte de los norteamericanos, un sello de comunista a cualquier movimiento por reivindicaciones democráticas que surgiera en cualquier parte del mundo. Bosch fue insistente en esa época en vincular la democracia representativa con el desarrollo del capitalismo, indicando que en países pobres, como la República Dominicana de entonces no era posible pensar en una democracia al estilo americano o europeo. Es eso lo que lo lleva a plantear la Dictadura con Respaldo Popular, como un medio para generar las condiciones materiales que permitieran construir una verdadera democracia. En su momento, muy pocos entendieron el planteamiento de Bosch.

6. Pero, hoy cuando uno se encuentra con trabajo de cientista político como Adam Przeworski y Fernando Limongi, que vincula la vigencia del régimen democrático con el nivel de ingreso per cápita de los países se tiene que aceptar que Bosch tenía razón. Analizando cada país en el mundo entre 1950 y 1990, los mencionados investigadores encontraron que en un país democrático que tuviera un ingreso per cápita por debajo de US$1,500, el promedio de vida del régimen fue de apenas ocho años en años. Cuando el ingreso oscilaba entre US$1,500 y $3,000, el régimen  sobrevivió alrededor de 18 años. Por encima de US$6,000, el régimen se hizo altamente resistente. La oportunidad de que un régimen democrático muriera en un país con un ingreso per cápita por encima de US$6,000 fue 1 en 500. Una vez que un país se hace rico, la democracia se hace inmortal.

Treinta y dos regímenes democráticos han existido con ingreso por encima de US$9,000 por un total combinado de 736 años. Ninguno ha muerto. Por el contrario, de la 69 democracias que eran las más pobres, 39 fracasaron, según los mencionados cientistas políticos.

7.  Fareed Zakaria, basado en esos argumentos, en su libro The Future of Feedom, establece que un país que intente la transición a la democracia cuando tiene un ingreso per cápita entre US$3,000 y US$6,000 será exitoso. Y esto explica en parte porque la República Dominicana consolidó su proceso de transición democrática entre 1989 y 2002. En ese periodo el PIB per cápita del país se movió en el rango anteriormente indicado, el grueso de la población se hizo urbana, la esperanza de vida aumento a mas de 70 años, el analfabetismo se redujo considerablemente y en el país floreció una vigorosa clase media. Hoy puede decirse que nos encontramos entrando a una fase altamente resistente del régimen democrático ya que el PIB per cápita supera los US$8,500 en paridad de poder de compra. De manera, que si validamos el trabajo de Przeworki y Limongi, así como las reflexiones de Zakaria, Juan Bosch estuvo en lo correcto cuando planteó que a mediados de 1960 la República Dominicana, con PIB per cápita inferior a los US$1,500  no estaba en condiciones de consolidar una democracia liberal y de ahí la necesidad de un régimen que sentara las bases para el desarrollo del país, al que le dio el nombre de dictadura con respaldo popular.

Cien años del líder

Juan Temístocles Montás

Secretario de Economía

En 1962 la población  apenas llegaba a los 3.4 millones de personas, con un Producto Interno Bruto per cápita de 1,394 dólares internacionales medido en Paridad de Poder de Compra”.

El autor es secretario de Estado de Economía, Planificación y Desarrollo.

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