Reflexiones sobre el transcurrir de 54 años de vida pública y académica

Reflexiones sobre el transcurrir de 54 años de vida pública y académica

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Al presidente Juan Bosch, al presidente Joaquín Balaguer y a José Francisco
Peña Gómez

Dos caminos se bifurcaban en un
bosque amarillo,
y apenado por no poder tomar los dos
siendo un viajero solo, largo tiempo
estuve de pie
mirando uno de ellos tan lejos como pude,
hasta donde se perdía en la espesura;
Entonces tomé el otro, imparcialmente,
y habiendo tenido quizás la elección acertada,
pues era tupido y requería uso;
aunque en cuanto a lo que vi allí
hubiera elegido cualquiera de los dos.
Continua al final
Robert Frost

En el artículo anterior tratamos el tema de la cultura de la urgencia, impuesta verticalmente, como una plomada, por la confluencia de las tres más grandes revoluciones que conoce la historia de la humanidad.Ahora frente a este estilo de vida, las herramientas más idóneas para enfrentarla se encuentran en el empoderamiento: ¿En qué consiste?: sencillamente en hacer conciencia de lo que somos, y en el actuar en consecuencia. Poner lo mejor que tenemos al servicio de los otros, esto supone sacudirse, despojarse de las cargas del pasado y hacerse cargo de sí mismo. Ver su fuerza y hacer uso de ellas. Es asumir nuestras responsabilidades, y ser libres.
El empoderamiento constituye una pirámide invertida, una democracia participativa, promueve la democracia participativa mientras rechaza la ritual. Es un justo combustible de la nación porque eleva el sentido de autoestima y de dignidad.
La persona empoderada es libre, plena de sí misma, y actúa en consecuencia. Y cuando esto pasa a ser colectivo, se convierte en una fuerza, en un sistema que lo transforma todo, absolutamente todo.
En estos tiempos de predominio de la globalización, reiteramos, el empoderamiento es el arma más eficaz para contrarrestar la cultura de lo inmediato y para la construcción del futuro, porque descansa en la persona, en el sentido comunitario y, en lo propio. No hay aquí el peso de lo instantáneo, sino la fuerza del capital humano. Un ejemplo bien concreto: Singapur, Finlandia,Hong Kong son países que poseen el índice de desarrollo humano más alto del mundo. Es decir, llenan sus necesidades inmediatas, pero no descuidan la construcción del futuro que desean. Esta es una lección que nos indica que podemos crear un pueblo con bienestar.
En nuestro país es urgente que el empoderamiento cobre fuerza, se afirme en la conciencia del dominicano, para así poder tener una agricultura fuerte, una cultura exportadora. Creadora de bienes y, más que nada, una actitud hacia la valoración personal. Necesitamos implementar este sistema para convertir al hombre, no en súbdito, sino en ciudadano.
Sintetizamos esta reflexión: si todos nosotros hacemos conciencia de la importancia del empoderamiento, estamos seguros que saldremos de una cultura de urgencia caracterizada por el inmediatismo y un consumismo extremo; y entraremos definitivamente en una sociedad participativa, moderada, moderna, con valores claros basados en la planificación y la racionalidad. No tenemos dudas que haremos, lo más pronto posible, el tránsito de una cultura de urgencia a una de empoderamiento.
Para construir un camino nuevo, se requiere de decisión, coraje, conocimiento, novedad, como ya lo apunta el gran poeta Robert Frost en estos versos.

Y ambos esa mañana yacían
igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero
para otro día!
aun sabiendo el modo en que
las cosas siguen adelante,
dudé si debía haber regresado
sobre mis pasos.
Debo estar diciendo esto con un suspiro
de aquí a la eternidad:
dos caminos se bifurcaban
en un bosque y yo,
yo tomé el menos transitado,
y eso hizo toda la diferencia.

En el 2002, tenía dos caminos de frente: uno seguir en la política partidaria, el otro, retornar el mundo académico, opté por el último y mi vida se llenó de gozos que no imaginaba ni esperaba.

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