Reflexiones sobre ser médico

Reflexiones sobre ser médico

Debe anidar en su alma sentimientos de ética, nobleza y paciencia

Este tiempo de retos a la medicina, en la búsqueda de soluciones al desafío de un virus nuevo y que muta, en una de esas noches de tranquilidad pensé en la función del médico y de mis ya muchos años de ejercicio en esta profesión hipocrática.

Fue mi padre que me indujo a ser médico, nunca me lo dijo directamente, pero los regalos de reyes en la infancia con frecuencia eran instrumentos médicos, estetoscopios, batas, equipos de oftalmología, etc.

En una ocasión tenía yo en formol muchas lagartijas y cucarachas para ser vistas con un microscopio de buen aumento, así empezó mi amor por la ciencia de Esculapio, amén de que él señalaba siempre su gran admiración por los que con vocación y entrega ejercían esta profesión de la bata blanca.

Nos preguntamos: ¿qué es la medicina? Hallando respuesta en el pensamiento de los que saben, diciendo en condensado resumen que es: «la ciencia que tiene por objeto la conservación y el restablecimiento de la salud».

Ciencia que, para enfatizar sobre su eficacia, los facultativos se especializan en determinadas áreas del cuerpo humano, que más que todo, es algo así como una bendición divina, siempre y cuando se ejerza con todos los lineamientos de la ética.

Es la ocasión en que el médico, en una génesis de inteligencia y buen sentido de su accionar, absorbido por el deseo de la curación de su paciente, desentraña desde la psiquis de este en la especialidad del cuerpo, hasta alcanzar la razón de su proceder curativo, con inteligencia, calado por su noble misión de devolverle la salud a su paciente.

Es el científico que prudentemente busca aún las causas más profundas para cortar el mal que aqueja a un ser humano, utilizando conforme su saber, la lógica natural, un geometrismo latente para penetrar en la intimidad del mal que ha de curar y si se quiere, liberándose de las formas y de los hábitos puramente intelectuales, en el criterio de que «no hay enfermedades, sino enfermos».

Es un sentimiento de acción humana, que nunca se mueve en lo irreal, sino en la noble idea de lo positivo, para curar y salvar vidas, hasta todo lo viable.

Para la efectividad de tan noble misión, el médico que trata especialmente el ámbito del cerebro y sus derivaciones, como es mi caso en particular por mi condición de neurólogo, ha de anidar en su alma los sentimientos nobles de la ética, la vibración de la nobleza y el don de la paciencia.

Complementos vitales para cumplir su noble misión curativa. Así, siendo la consagración un componente sustancial de la ética, el médico dedicado con amor a la práctica de la medicina resulta ser un apóstol en quien reposan las esperanzas de sus pacientes y de los familiares de estos.

De ahí la alta responsabilidad del médico, al dedicar tiempo y alma a su noble misión de curar, entrando en los pórticos del Templo del Cielo de Beijing y de la bioética, que es el conjunto de principios y normas que regulan las actuaciones humanas con respeto a los seres vivos.

Esta noble misión que ejercemos los que nos dedicamos a esta profesión médica, la que implica sacrificio, tiempo, vocación y bondad para servir al humano linaje, en plan de honradez, conciencia sana y moral.

Virtuosa misión a la que, si yo fuera poeta le cantara los más sentidos versos del parnaso con admiración y respeto.

Si a esos todos los médicos y más mis más inmediatos colegas que cuando entran en el intrincado campo científico del cerebro y las neurociencias, campo sagrado, donde no caben las impericias ni los errores.

Hoy con esta reflexión médica los invito a todos los médicos de nuestra amada patria a templar nuestros espíritus para titánicamente seguir la lucha haciendo juntos todos los aportes para la mejoría de la salud y el bienestar de un pueblo que muy bien se lo merece.

Para seguir haciendo nuestro trabajo médico adecuadamente, con vocación y desvelo en este amado terruño, ¡para prez y gloria de todos los que curamos enfermos!

Medicina es la ciencia que tiene por objeto la conservación y el restablecimiento de la salud

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