Reflexiones varias

<p>Reflexiones varias</p>

RAFAEL TORIBIO
A.- Frente a lo que está sucediendo a lo interno del PLD por la candidatura presidencial, la disyuntiva no es realmente Danilo o Leonel o Danilo con Leonel, como titulara un artículo anterior, sino reelección o no-reelección. Si el PRD-PPH no hubiera impuesto de nuevo la reelección, en el PLD no se estuviera iniciando una lucha interna por la nominación a la Presidencia de la República entre dos líderes que hasta ahora habían desarrollado una colaboración triunfadora en torneos electorales pasados y en gestiones en la conducción del Estado.

Si la reelección no se hubiese introducido de nuevo, lo más probable es que ahora se estuviera repitiendo lo sucedido en las elecciones presidenciales del 2000 cuando el presidente que concluía su período (Leonel Fernández) apoyaba al candidato de su partido (Danilo Medina) buscando la reelección del partido y no la continuidad del que terminaba. Una vez más, la reelección se transforma en la manzana de la discordia que divide a la sociedad, a un partido político y enfrenta al liderazgo interno creando dificultades que han llegado en ocasiones a producir la división del partido. ¿Ese será el nuevo camino que transitará el PLD?

B.- Por los resultados hasta ahora hay que concluir que el manejo de la propuesta de reforma fiscal, denominada eufemísticamente como “rectificación fiscal”, no ha podido ser peor. Primero se aprovecha una reunión con el Fondo Monetario Internacional para que el Presidente de la República la comunicara desde Washington, queriendo dar la impresión de que era una imposición de ese organismo. Luego fueron las contradicciones internas entre miembros del equipo económico del gobierno sobre el contenido de la “rectificación fiscal” y de las formas impositivas en que se apoyaría.

Un lamentable traspié en esta cadena de errores es haber puesto al Presidente de la República a pronunciar un discurso a la Nación donde pretendía justificar, sin convencer, la necesidad de la reforma y los impuestos que se establecerían para lograrla, para terminar siendo tan solo un “globo de ensayo” para ver la reacción de la ciudadanía en general y de sectores sociales y económicos significativos, para entonces enviar el proyecto a las Cámaras Legislativas, cuando esa es una tarea de un Secretario de Estado, nunca del Jefe del Estado.

El último de los errores, que bien puede ser el penúltimo, es no haber enviado ningún proyecto de “rectificación fiscal” a las cámaras luego del discurso, dar marcha atrás después de conocer las reacciones y anunciar nuevamente otra alocución del Presidente de la República al país. ¿Terminará Leonel Fernández como Hipólito Mejía que siempre acertaba a la segunda por haber fallado en la primera?

C.- Se supone que cuando los ciudadanos y ciudadanas de una comunidad determinada acuden a las urnas en unas elecciones y a través de una mayoría de votos elige a una persona es para que esa persona sea su representante. La ley electoral contempla cuándo y cómo proceder si esa persona electa por sus conciudadanos no puede asumir o continuar desempeñando el cargo por el que fuera electo, pero no que una persona elegida renuncie sistemáticamente al cargo que fue seleccionado para continuar en el que desempeñaba cuando presentó su candidatura al cargo en que fue electo.

Esto es lo que ha sucedido, una vez más, con el señor Amable Aristy Castro, que ha vuelto a recibir el voto mayoritario de los ciudadanos y ciudadanas de su comunidad para que los represente en el Senado por la provincia La Altagracia, pero ha renunciado, inmediatamente después de haberse juramentado, para continuar como Secretario de la Liga Municipal Dominicana.

¿Por qué se permite esta burla sistemática a la voluntad popular expresada en las urnas, y que presente, además, a la persona que se desempeñará en el cargo de Senador por el que no fue electo? ¿Por qué la ciudadanía de la provincia La Altagracia continúa votando por una persona que desprecia el cargo por el que es elegido? ¿Por qué el partido al que pertenece y la propia Junta Central Electoral se comportan como si esto fuera lo más normal del mundo?.                                      D.- La Junta Central Electoral recién electa une a la legalidad un mayor nivel de legitimidad que la que le precede.

El procedimiento utilizado para el nombramiento de sus miembros, dejando en manos del Senado esta facultad, tal como se establece en la Constitución, demostró que se puede hacer sustancialmente mejor que en la ocasión precedente.

Pero demostró también la necesidad que tiene el sistema político de que esta prerrogativa sea atribuida a otra instancia en que la imposición de un partido que tenga la mayoría en el Senado quede desterrada y que se imponga, de manera orgánica, la consulta, el consenso y la transparencia y, sobre todo, que las personas electas no sean, ninguna, representante de partido político alguno.

El proceso fue mucho mejor, pero hubo distribución entre los partidos y algunos miembros son sus representantes.

Hemos avanzado, pero necesitamos asegurarnos que institucionalmente no se pueda volver atrás; lo deseable es establecer definitivamente en la Constitución un procedimiento para el nombramiento de los miembros de este organismo que le confiera la legitimidad, confianza e imparcialidad, vitales en una instancia de esta naturaleza.

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