Reforestación y agua para asegurar la vida

Reforestación y agua para asegurar la vida

Por primera vez a lo largo de su mandato de cuatro años y un mes, el presidente Medina se ha mostrado alterado con lo observado por él desde el aire del avance de la deforestación de zonas de la ladera sur de la Cordillera Central.
Y algo inusual en la conducta del presidente Medina, amenaza con meter presos a esos transgresores en el daño a los bosques. Por lo general en la zona de Hondo Valle es la continuación de la deforestación de Haití y son los haitianos, con cómplices dominicanos, para preparar carbón. Y en San Juan se despejan zonas boscosas para preparar los conucos de efímera producción.
Las anteriores autoridades de Medio Ambiente parieron un reporte de que las zonas boscosas del país habían aumentado, y para ellos, el país era un vergel de abundantes bosques. El presidente Medina se dio cuenta de la falsedad del reporte de marras ya que sobrevuela el territorio dominicano semanalmente. Y vio una realidad preocupante, y mortificado, utilizó duras palabras en contra de los destructores de los bosques. Ahora se espera que se procederá a la persecución y encarcelamiento en especial de haitianos y dominicanos en el trasiego de carbón hacia Haití a través del lago Azuei.
En pocas décadas el agua será un artículo de lujo para muchos países. Y como vaticinan muchos futurólogos las guerras serán por la posesión de fuentes hídricas abundantes. Tan solo Canadá es la que posee más presencia de agua dulce en su territorio. Y en la isla ya hemos visto de cómo decenas de arroyos y ríos se han ido secando. Esporádicamente con abundantes lluvias es que el agua vuelve a correr por su lecho.
En la isla Hispaniola viven unos 20 millones de despreocupados seres que no se dan cuenta de la gravedad de la situación de ir de camino hacia la desertificación del territorio insular. Vivimos agrediendo el medio ambiente, matando las fuentes acuíferas que aseguran la producción de agua. Nos sorprendemos y nos lamentamos cuando los arroyos se secan, la foresta se muere o es convertida en carbón para los haitianos y los ríos tienen un mermado caudal, fruto de que los más importantes están represados, y a otros el agua lluvia no les llega.
La advertencia y enojo presidencial fueron muy pertinentes para las autoridades para devolverles a sus obligaciones y hasta de valorar su acción de volver a darle a los bosques su verdor. Ese verdor solo figuran en los reportes amañados que Medio Ambiente evacuó para adormecer a la opinión pública y para consumo especial del presidente Medina. Y eso no se pudo, porque éste sobrevuela semanalmente una buena parte del territorio.
Ahora es el tiempo para ver si hay un sacudimiento general. Y es para que las autoridades responsables, civiles y militares, asuman sus deberes y obligaciones emprendiendo acciones punitivas legales para frenar la acción de los que hasta hace poco ellos protegían en sus acciones depredadoras.
Los organismos responsables han sido puestos en evidencia. Si en verdad hay voluntad política para frenar esos desmanes forestales, el país lograría un gran triunfo pero manteniendo siempre estas acciones represivas por largo tiempo. Esto con el fin de que nuestras fuentes fluviales vuelvan a brindarnos sus frutos de un agua adecuada para los dominicanos y también para los haitianos a través del río Artibonito.
Ya hay que frenar a los deforestadores y estos asuman sus responsabilidades por los daños causados a los bosques y al agua. Ellos contaban con el respaldo oficial para sus travesuras ecológicas. Estas se salieron de cauce después de la muerte del dictador y pese a las severas restricciones que impuso el doctor Balaguer durante su primer mandato con el cierre de los aserraderos.
Perdido el miedo, de lo que podía hacerle gobierno de Balaguer después de su salida en 1978, se aceleró el agresivo ataque a la foresta para la producción de carbón, principalmente para Haití y desmontes para preparar conucos, extender los límites de las poblaciones o llevar a cabo la construcción de exclusivas urbanizaciones. Hasta la proliferación de los resorts playeros que arrasaron con manglares y humedales irrecuperables de gran valor. Estos tienen la excusa que en esos resorts se han llevado a cabo trabajos muy inteligentes de reforestación en que la empresa líder en esas acciones proteccionistas es el Grupo Punta Cana.

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