La reforma fiscal que planea concretar el presidente Danilo Medina debe enmarcarse en los parámetros del consenso, de manera que la gobernanza resulte vigorizada al estrenar su gobierno.
Todos los sectores productivos han reclamado al presidente Medina que les presten atención a sus sugerencias, razonando que la prisa, que es pésima consejera, que demuestra el presidente Medina en aprobar el paquetezo fiscal, y que recaudaría RD$55 mil millones, no compensa las consecuencias económicas en el aparato productivo y en las clases media y pobre, que somos los que más nos afectan económicamente esa reforma fiscal. Para señalar algunos casos a manera de ejemplos, la firma de sondeos Pulso Dominicano difundió el l6 del presente mes una muestra en la que un 23.5% se decanta por la reducción de los sueldos superiores a los RD$l00 mil mensuales, que no son pocos; un l8% sugiere reducir la dieta de los funcionarios, un gran derroche; un l5.9% pide recortar la mitad de los recursos a los partidos que suplimos los contribuyentes; un l3.l% reducir las pensiones desproporcionadas, sobre todo las que tienen muchos sin edad ni tiempo de labor rendida y un l0.2% recortar el presupuesto de la JCE en un período no eleccionario. Añade el suscrito, chapear bajito la nómina pública de 6ll mil individuos, suprimir todos los subsidios, empezando por la CDEEE, revisar el contrato con Barrick Gold que conforme denuncia el l2 de este mes el diputado perredeísta Carlos Gabriel García reportaría ingresos al fisco por RD$32 mil millones anuales. La reforma fiscal como la planea Medina no resarcirá el hoyo fiscal de RD$278 mil millones que heredó de su compañero Leonel Fernández. Le recuerdo al Presidente que en el Cibao decimos que la carga del burro se arregla en el camino.