Luego de años, la reforma fiscal se ha convertido en una necesidad “impostergable”, que tendrá que aplicar, «sea cual sea el próximo gobierno», que se escogerá en las elecciones presidenciales y municipales del próximo 19 de mayo.
Así lo entiende el asesor del Poder Ejecutivo en materia de economía Pedro Silverio, luego de que sectores prevén que el paquete económico sería aplicado luego de la contienda electoral y tras varios intentos fallidos para su ejecución, sobre todo, por la negativa de algunos sectores, bajo el temor de nuevos impuestos.
“Ha llegado el momento que es impostergable hacer una reforma fiscal en el país, gane quien gane. Hay unos niveles de endeudamiento que todavía son moderados, pero que ahora son moderados, ahora es que debemos hacerla”, afirma Silverio.
En ese sentido, asegura que esos niveles de endeudamiento se producen por la falta de recaudación, por lo que es una necesidad imperante ejecutar lo que establece la Ley 1-12, sobre la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030.
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“Es una necesidad que se planteó desde el año 2012 y durante todo este tiempo, o sea, 12 años prácticamente, se ha ido posponiendo esa reforma y necesariamente, si se va posponiendo esa reforma, muy probablemente, como ha ocurrido, los gobiernos tendrán que endeudarse para compensar esa falta de recursos o de ingresos tributarios”, enfatizó el economista.
Al ser entrevistado por los periodistas Millizen Uribe y Adalberto Grullón, para el programa Uno+Uno, Silverio indicó que el costo político que esto representa y al que todos los gobiernos le han huido, puede ser relativo, con el costo que tendría si no se ejecuta en lo adelante.
“Puede venir de diferentes maneras, puede haber un costo político porque hacer la reforma y puede haber un costo político por no hacer la reforma y los más perjudicados por no hacer la reforma, pudieran ser los propios empresarios, porque las inversiones y el mundo empresarial, se desarrolla en base a condiciones estables en la economía y uno de los componentes de la estabilidad es la gobernabilidad. No se puede poner en peligro la gobernabilidad”, entiende.
El economista reconoce que en el país existen altos niveles de evasión, lo que se traduce en perdidas para el Estado, por lo que se hace imperante que se ponga en marcha lo más pronto posible para regularizar estas fallas.
Las anteriores reformas fiscales afectaron sectores productivos, debido a que la carga de impuestos fue transferida a la sociedad, por lo que esto se convierte en un tema tabú para los gobiernos, que deben endeudarse para poder contrarrestar el déficit que generan estas pérdidas.